'El que nace barrigón...'
Lo que yo desconocía es que en el Primark de la Gran Vía de Madrid vendían cortinas para el Congreso de los Diputados y que fuera la propia vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Sáenz de Santamaría, la encargada de comprarlas.
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Firma Javier Malla, 'El que nace barrigón...'
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Algeciras
Y es que la cabra tira al monte. Poco importa que ya no tengan mayoría aplastante para seguir como en el anterior "Régimen" porque, apenas que sus colegas socialistas le han puesto alfombra roja, el comportamiento ha continuado siendo el habitual, el del rodillo, el del conmigo o contra mí y el de ancha es Castilla.
El que nace barrigón, buena gana que lo fajen… pero lo que yo desconocía es que en el Primark de la Gran Vía de Madrid vendían cortinas para el Congreso de los Diputados y que fuera la propia vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Sáenz de Santamaría, la encargada de comprarlas.
Igual es que en el Congreso no tienen Jefe de Compras y, por eso, la vicepresidenta tuvo que movilizar toda la infraestructura oficial para demostrar ante toda España que Montoro le ha transmitido el espíritu de austeridad y el atrezzo del Gobierno ahora se compra en ese tipo de establecimientos.
En todo caso, chapeau por Soraya que nos demuestra a diario que es chica para todo y que lo mismo inicia una campaña de acercamiento con los catalanes que moviliza a sus conductores oficiales y escoltas para, posiblemente, comprar regalitos de Navidad para sus diputados.
Todos queremos apostar por esta faceta positiva de Soraya porque nadie iba a creerse que la buena muchacha estaba en su despacho y recordó que le faltaba algún regalillo familiar para estas fiestas y, ya que tenía a mano los medios que pagan los tontitos de este país, pues voy a pegarme diez minutitos a lo Pretty Woman de barriada con mi asistente y mis guardaespaldas.
Nada justifica tanta alegría con los medios públicos, ni siquiera los diez minutos que estuvo allí, y lo absolutamente grave es que hechos como éste ocurren a diario en Madrid y en muchísimas ciudades de España, en las que los políticos piensan que haber sido votados por el pueblo viene a ser algo así como haber sido tocados por la misma divinidad que iluminaba a los faraones.
No es de extrañar ver por nuestras ciudades a políticos rodeados de gabinetes de prensa, asesores personales, guardaespaldas y quitapelusas varios, circunstancia que les lleva a pensar que realmente son “alguien”, y no se dan cuenta que son unos asalariados temporales, bien pagados eso sí, del mismo pueblo al que regresarán tarde o temprano sin galones. Será en ese instante cuando descubran que su cohorte sigue adorando al siguiente mientras ellos pasan al ostracismo y, en ocasiones, tendrán que agachar la cabeza ante los mismos vecinos que nunca quisieron atender desde sus despachos.