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OPINIÓN - JOSÉ MANUEL ALEMÁN

Disfrazan de democracia una nueva oligarquía en la Fundación del Levante

¿Quieren provocar una guerra civil entre granotas que termine con la venta del club a un ‘chiquilicuatre’ de Arizona o de Singapur?

Patronato de la Fundación Levante UD / levanteud.com (levanteud.com)

Patronato de la Fundación Levante UD

Valencia

Vaya por delante, que no me gusta el modelo de la vetusta Fundación del Levante y que el próximo jueves tendrá que decidir si le vende 6.000 acciones al patrono José Luis López.

Tampoco me gusta, más bien empieza a cabrearme, el prototipo de nueva Fundación que se aprobará en la Junta General de Accionistas, porque será el resultado de otra oligarquía en la que un grupo reducido de personas ejercerá el poder de una sociedad que no es suya.

Me entristece que la Generalitat, la Diputación, el Ayuntamiento o la Federación Valenciana de Fútbol que organicamente no pintan nada y otros 19 levantinistas de pura cepa, que pintan mucho, vayan a decidir por su cuenta y riesgo lo que es bueno o malo para el futuro del Levante, porque ni se han comprado la mayoría, ni son los propietarios.

Sin embargo, si que comparto la idea embrionaria que en su día transmitió la Administración Concursal para una sociedad que iba hacia una liquidación segura. Hasta que el Levante no se despojase de todas las ataduras económicas contraídas como consecuencia de un convenio muy exigente con sus acreedores, la verdadera discusión accionarial y de pertenencia se aplazaría varios años. Estoy de acuerdo en el fondo y con el espíritu de una Fundación protectora pero no con el formato que se ha escogido por segunda vez.

Con el cariz de tensión que está tomando esta espera necesaria, todo el levantinismo y Quico Catalán como abanderado del Consejo, tienen que aspirar a que en un plazo máximo de dos temporadas, cuando se libere definitivamente del pago obligatorio de la deuda a corto plazo, la mayoría de las 86.413 acciones que todavía posee la Fundación se redistribuyan entre sus abonados. Muerto el perro, se acabó la rabia.

Si el Levante consigue ese objetivo logrará algo insólito en el deporte profesional de nuestro país, porque volverá a ser dirigido como un club de fútbol aunque se apellide sociedad anónima y con más de 15.000 pequeños dueños de su propio futuro.

Lo que no voy a defender es que un acto populista de un granota generoso como José Luis López se quiera disfrazar de democracia para que dos asociaciones como la Delegación de Peñas y el FROG, con 3.000 títulos cada una, se conviertan por obra y gracia del todopoderoso en los accionistas mayoritarios del Levante y orienten la votación de una lista abierta de candidatos a la Fundación en una selección preestablecida y coordinada de seis patronos.

Es paradójico y tiene hasta un punto cachondo, que aquellos que se rasgaban las vestiduras por las sospechas de que no hubiese libertad para designar a un candidato de forma individual, van a terminar redirigiendo el sufragio a una lista cerrada y con un voto unificado. Se lo recriminaban al Consejo y a las familias de grandes accionistas, pero ahora se lo van a tener que aplicar por su propio interés.

Si reducimos al neto todo este sainete, lo que nos queda es el nombre de seis candidatos estratégicamente colocados en los tres tramos accionariales y con el único objetivo de controlar el Patronato. Es muy lícito, pero no lo barnicen de pluralismo y tolerancia.

A Vicente Cosido, ex presidente de la Delegación de Peñas, no le dio el 16 de diciembre un arrebato de levantinismo contribuyendo con 9.000 euros a minorar el número de acciones que posee la Fundación y a rebajar su deuda.

Cosido prefirió comprarle 143 acciones a José Luis López, que son exactamente las que necesitaba para escalar al grupo de accionistas mayoritarios y en el que solo hay 6 seleccionables de los cuatro que saldrán elegidos. A esto en mi pueblo lo llaman táctica o artimaña para lograr un fin. No parece muy inteligente comprarle las acciones a alguien que finalmente las piensa regalar.

Supongo que Gabriel Salinas, como patrono, como futuro receptor de 3.000 acciones y como defensor a ultranza de la democracia, programará un referéndum entre sus 1.600 peñistas para saber quiénes son los candidatos favoritos para la Delegación de Peñas y que probablemente no coincidan con los que vote el FROG, que también deberá realizar un sufragio entre sus 350 miembros para decidir si José Tomás, Vicente Cosido, Tomás Pérez, Valentín Serrats, Eloi Blasco y Jorge Lacasa reúnen el perfil ideal para ser apoyados con sus 3.000 títulos.

Por ese motivo, Valentín Serrats quiso dejar a las Peñas sin su ‘christmas navideño’ y así se lo hizo saber a José Luis López en la propuesta de compra que realizaron ante la Comisión Ejecutiva de la Fundación.

El resultado a varias semanas de estrategia podría culminar si se concentraban las 6.000 acciones en el FROG para colocar a sus seis peones sobre el tablero, pero la decisión salomónica de López puede dispersar el voto, salvo que ahora el FROG logre convencer a 1.600 peñistas y terminen apoyando una lista que no coincida con la suya.

Casualmente, ya hay un comunicado conjunto diciéndole al Consejo que ha cambiado las reglas del juego en mitad del partido, poniéndose la tirita antes de que se produzca la herida por si finalmente el Patronato no termina vendiéndole el paquete accionarial al ex presidente y no hay ni partido.

A esto en mi pueblo también lo llaman táctica o artimaña para lograr un fin bastante alejado de la democracia y que se parece mucho a ese mensaje cortijero y oligárquico del que blasfeman aunque lo quieran camuflar bajo el paraguas de los que llenan las gradas del estadio con sus bufandas y sus banderas.

Con lo que el FROG no contaba, es que la cabra siempre tira al monte y si algo definió a José Luis López en su trayectoria como dirigente es que fue un simpático e incontrolable populachero, nunca sabías por donde te podía sorprender.

Dicho y hecho, en quince días ha pasado de presentar su candidatura al Patronato a retirarse definitivamente de la circulación y ha modificado una delegación de 6.000 acciones por una donación gratuita, convirtiendo a la Delegación de Peñas en un aliado necesario del FROG para que los que se atribuyen el rol de accionistas minoritarios alcancen su cuota de representación y se conviertan de la noche a la mañana en accionistas mayoritarios. Delirante.

Creo que sería mucho más práctico, que los consejeros que ocupan en la actualidad un puesto en el Patronato sin ser los propietarios, pidiendo delegaciones a golpe de teléfono para no perder el control, como los aspirantes a querer mojar en una sopa que está más calentita que en 2009, concentren todos sus esfuerzos y todas sus energías en buscar la fórmula jurídica que transforme una maldita Sociedad Anónima en un añorado club de fútbol y aleje para siempre de Orriols a especuladores y multimillonarios caprichosos.

¿Quieren provocar una guerra civil entre granotas que termine con la venta del club a un ‘chiquilicuatre’ de Arizona o de Singapur? ¿No tienen suficiente espejo en el que mirarse cada mañana para evitar la desesperación que sufren las aficiones del Mallorca o del Valencia?

El mandato de Quico Catalán tiene fecha de caducidad y sería imperdonable que todos aquellos que dicen amar al Levante dejen escapar la oportunidad de reparar una absurda decisión del Consejo Superior de Deportes y no sepan gestionar el maravilloso futuro que se le augura al club decano de la Comunitat Valenciana. Macho Levante.

José Manuel Alemán

Redactor de Deportes en Radio Valencia

 
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