Un paseo por el 'nuevo' centro para peatones

Madrid

Desde que el Ayuntamiento de Madrid anunció la medida de restringir el tráfico en el centro de la capital, partidarios y detractores han repetido argumentos a favor y en contra. Por eso, hemos querido comprobar, a pie de calle, cómo valoran la medida, una vez que ha entrado en funcionamiento, los que viven o trabajan en la zona.

El recorrido ha comenzado por las calles de Malasaña. Y no solo por sus calles, también por algunos de sus comercios. Entramos en un local de comida rápida, de bocadillos, y una trabajadora nos comentaba que seguramente las ventas vayan a mejorar.

Aun así, justo en el de al lado, que era un restaurante, nos decían que han tenido que anular para hoy 5 reservas por gente que ha explicado que no se va a acercar al centro en esta situación.

Fuera de los locales, a los vecinos de la zona les parece bien, aunque esperan que estos días el tráfico aumente por sus calles.

Dejamos Malasaña y nos vamos a Gran Vía: llega la división de opiniones entre los viandantes encantados con la espaciosa acera y los que se quejan de la mala comunicación del Ayuntamiento. "Pensaba que iba a estar toda la Gran Vía para los peatones", comentaba una mujer.

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Y al bajar a Sol y preguntar a taxistas, la polémica continuaba entre los que aplaudían la medida del Consistorio y los que se quejaban de que no podían hacer hacer su trabajo. "En la misma tarde en la que comenzaron las restricciones, tardé una hora en cruzar toda Gran Vía", explicaba una taxista que centraba sus críticas en no poder realizar correctamente las paradas en una calle con tantos hoteles.

Con polémica o sin polémica, este cierre durará hasta el 11 de diciembre. Luego vendrá otro del 16 al 18. Y tendremos un último del 23 al 8 de enero.