Mujeres muertas
La opinión de Ángel Santiago Ramos
León
Este jueves, apenas a unos centenares de metros de la Basílica de la Virgen del Camino, una mujer fue asesinada por su ex pareja, un varón de sesenta años con orden de alejamiento de la víctima. La fallecida gozaba de un mandato de protección a cargo de la Guardia Civil.
El presunto asesino apareció ahorcado en el mismo lugar de los hechos.
Parece congelarse el alma cuando uno conoce, relata o repite esta tragedia que cada pocos días aparece en los medios de comunicación. Un caso más, otra muerte más de otra mujer a manos de quien alguna vez estuvo al otro lado del infierno al que finalmente ha llegado.
El año pasado 57 mujeres murieron en España víctimas de la violencia de género. En el presente año la cifra de fallecidas por esta misma causa es ya de cuarenta. Parece no tener fin esta maldición que pone a una parte del género de los varones en el lado más oscuro de la evolución humana.
Si miramos hacia el norte de Europa (Dinamarca, Finlandia, Suecia), las estadísticas sobre la violencia de género nos ofrecen un panorama bastante peor que el de nuestro país. Más avanzados en educación, desarrollo económico, cuidados del medio ambiente, tienen un enorme agujero con las cifras de violencia machista.
Hace falta bastante más determinación y dinero para conocer todos los porqués de las conductas de tanto malnacido. No es un mal que se cure con la evolución económica, social o educativa, es un mal que viene de lejos y no se cura, como vemos, con las cataplasmas que vienen poniendo los gobiernos de turno.
Los ciudadanos también tenemos que situarnos en este mapa. Y, a veces, no lo hacemos. ¿Alguien puede entender que Donald Trump haya cosechado tantos millones de votos del electorado femenino americano?.