"Comparó a mi hijo con un perro por pedir otro turno para conciliar"
Escuchamos la historia de María Carmen Ajmo que se plantó ante el acoso laboral a la que le sometía su jefe. Ella consiguió conciliar y él acabó siendo despedido
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acoso laboral / CADENA SER
![acoso laboral](https://cadenaser.com/resizer/v2/GOGF5UPCT5LILKLGBCPXM6ELMM.jpg?auth=349f481fb564983a4374f71d6ed2f2906b6b2109f90fa121ac6433a8d7cced81)
Córdoba
María Carmen Ajmo fue contratada en una pizzería cuando su bebé tenía cuatro meses. Cuando este cumplió tres años y fue matriculado para entrar en el colegio ella tuvo claro que quería y necesitaba cambiar su turno para poder atenderlo. Saliendo a las dos de la madrugada de la pizzería donde trabajaba le era imposible estar con él por la tarde así que pidió un cambio de centro, para estar cerca del colegio del pequeño y un cambio de horario para que le pusieran en el turno de la mañana.
La negativa de su supervisor fue rotunda pero las complicaciones no quedaron ahí. Llegó a comparar a su hijo con un perro: “Me decía que si mis compañeras que tiene perro podían dejarle la comida en la cocina yo también se lo podría poner así a mi hijo”.
En Voces de Mujer hemos hablado con Maria Carmen y con Evangelina Cabanillas, secretaria de Mujer de CC.OO. sobre el acoso laboral. María Carmen cuenta cómo su jefe llegó a encerrarla durante cuatro horas en una oficina y le presionó para que firmara el despido voluntario. Ella se negó y con el asesoramiento del sindicato consiguió su cambio de centro y turno y el supervisor acabó siendo despedido.
Dicen en CC.OO. que “en el papel hay muchos derechos pero no se cumplen”. Evangelina Cabanillas valora el esfuerzo de mujeres como María Carmen que soportó la presión y se negó a someterse. Los planes de Igualdad solo son obligatorios para las empresas que tienen más de 250 trabajadores, pero en Córdoba apenas hay de este tamaño. En las pequeñas y medianas empresas “hay que hacer cosas” aunque la ley no lo exija, dice Cabanillas.