El monóxido de carbono, asesino silencioso

Oviedo

Al monóxido de carbono se le califica de asesino silencioso. Este gas, producto de una mala combustión es invisible, incoloro e inodoro, además de muy tóxico. Su inhalación en grandes cantidades puede llegar a producir la muerte. Se produce por la combustión en chimeneas, calderas, calentadores de agua o calefactores y los aparatos domésticos que queman combustible, como las estufas o los calentadores y vehículos a motor de combustión. Con la llegada de los primeros fríos, los casos de envenenamiento por CO se disparan. Hemos hablado de ello con Rafael Castro, profesor asociado de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo, miembro de la Unidad de investigación de Emergencias y Desastres y médico del SAMU.

El Dr. Castro ha sido el director de un trabajo Fin de master de Raquel Guerrero en el que se ha trazado un perfil epidemiológico de las intoxicaciones por monóxido de carbono en España. Según los datos de este estudio, en Asturias, de 2002 a 2013 se produjeron 51 muertes por envenenamiento de CO, la mayoría de ellas en incendios, aunque son muy comunes los casos debidos a una mala combustión de calderas, calefacciones, braseros o cocinas.

Revisar las instalaciones suele ser la medida de prevención más apropiada, aunque la colocación de detectores de monóxido de carbono en casa también resulta muy recomendable: son baratos y de fácil instalación, nos recuerda Rafael Castro.

No existen datos al respecto pero sí la impresión de que la crisis también influye en el número de envenenamientos producidos por CO. Las perores condiciones económicas traen consigo que se utilicen métodos de calefacción más sucios, lo que eleva los riesgos. De ahí que el Dr. Castro apunte que sería recomendable que los servicios sociales proveyesen de detectores a los hogares más vulnerables.