Un empate justo que mantiene una dinámica de puntuación preocupante (1-1)

Córdoba

Reparto de puntos más que justo en un partido que solo tuvo la emoción del marcador y poco más. Imprecisiones, miedo a perder y poquito fútbol, sobre todo en una primera parte para olvidar del equipo de Oltra.

Fue sin duda, una de las peores versiones del Córdoba este año, aunque se trató de enmendar con el paso de los minutos.

La primera parte fue un tostón. Sin ocasiones y con poco fútbol por parte de ambos equipos. Tanto fue así que los goles llegaron de errores del rival. Caro aprovechó un grave error de Becerra, al que se escapó el balón de las manos, dejando solo al lateral cordobesista que solo tuvo que empujar a puerta vacía.

El gol de Míchel tuvo más mérito por el buen disparo del jugador pucelano, que también se aprovechó de la endeblez defensiva del Córdoba.

Todo eso ocurrió en los últimos cinco minutos. Antes, nada o casi nada. El Córdoba lo intentó un poquito más que el Valladolid, pero solo con corazón, porque si un equipo estuvo cómodo sobre el campo, ese fue el Valladolid. 

Nada más comenzar la segunda parte Juan Villar perdonó el segundo gol de su equipo pero su disparo, solo ante Kieszek, se marchó desviado. La respuesta local la puso Guille, con su desparpajo habitual. Becerra enmendó su error de la primera parte.

Al margen de ese comienzo eléctrico, el resto fue para olvidar. Imprecisiones, prisas y poco fútbol. Así hasta que Raúl de Tomás, que volvía al Arcángel, obligó a Kieszek a realizar un par de paradas tras unas no menos espectaculares voleas.

Becerra, a diez minutos del final volvió a fallar y dejó otro balón suelto que esta vez no supo aprovechar el Córdoba.

De ahí al final, polémica por un gol en posible fuera de juego de Rodri que marcó Piovaccari y que fue anulado por el árbitro.

Reparto justo de puntos para dos equipos que no merecieron más. Ni menos. En Almería hay que ganar sí o sí ya que si no, se encenderá la alarma de la primera crisis del año. Hay que mejorar y para ello tal vez sería planteable por qué son titulares indiscutibles Caballero y Alfaro. Bergdich y Piovaccari han demostrado que están muy por encima de ambos. Oltra decide.