"Hablemos de fantasmas"
La opinión de Ángel Santiago Ramos
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La opinión de Ángel Santiago Ramos
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León
Tiene morbo que el ex presidente de la diputación leonesa, Marcos Martínez, mientras aguarda la apertura de juicio oral del “Caso Púnica” (el magistrado le imputa la comisión de seis delitos) deba ocuparse, como funcionario de Justicia que es, del reparto domiciliario de las citaciones judiciales.
En qué túnel del pánico debe vivir la mujer de Fabero, 34 años y con las iniciales V.G.G., para fabricar una acusación de secuestro y vejaciones contra su ex pareja. Guión, que por cierto, compraron los medios de comunicación.
El ponderado alcalde de Astorga, Arsenio García, convive sin embargo con las boutades y ocurrencias diarias de su primer teniente alcalde, un tal Peyuca. La última va más allá de lo permisible. Convertir su despacho municipal en receptor/intermediario de curricula para una empresa privada permite sospechas que suenan a posible tráfico de influencias.
¿Qué tendrán los concejales responsables de la Policía Municipal de León que todos hacen cuanto está en su mano para romper amarras con la Policía Nacional ?.
El actual, Fernando Salguero, mano derecha y casi hermano siamés con el alcalde Antonio Silván, está rozando no sólo la mala educación sino que parece haber entrado en el territorio de la niebla mental.
El zurrón del teniente Salguero tiene ya asuntos que huelen a rancio y a chapuzas que de airearse podrían estar a las puertas del juzgado. El portavoz socialista, José Antonio Díez, que ocupó esta concejalía, hace tiempo que mira más su horizonte personal que los asuntos del municipio.
Parece que estamos condenados a convivir con los fantasmas.