El Estatuto de Gernika cumple 37 años

Bilbao

25 de octubre. 37 años de la ratificación del Estatuto de Gernika. Hasta hace nada un día muy señalado en la agenda. Con el lehendakari López fue el Día de Euskadi, festivo. Con Ibarretxe la fecha elegida para sus grandes anuncios, como la consulta.

Pero en este país de extremos, hemos pasado de aquello, a que hoy sólo haya un acto para celebrarlo. Y que sea del PP, que votó en contra del Estatuto y que preside Rajoy, récord por no haber transferido ni una sola competencia.

El Estatuto se ha convertido en un totem al que sólo se recurre a conveniencia y para reivindicar. Ayer el lehendakari reclamó la competencia de prisiones, una de las 24 pendientes. A veces pienso que necesitamos que alguien lo cuestione para valorarlo. Miren qué corriente de simpatía ha desatado Ciudadanos al atacar el Concierto.

Reclamar su cumplimiento, su renovación, denunciar su mutación o desprotección no debería impedirnos valorar el Estatuto como el pilar de nuestra autonomía y ejemplo de grandes pactos que hoy se antojan imposibles. Pero ya llegará, cuando cumpla 80 años, un Gobierno que lo ponga en valor.