Javier, jornalero sevillano: "Después de 22 días trabajados, no he cobrado ninguno"
Hemos ahondado en la situación que se vive en el campo sevillano, con peonadas repartidas en dos días, menos salario y más horas de trabajo: la nueva esclavitud del siglo XXI en palabras de Mónica Vega, de CCOO
Sevilla
Un día ya no es una peonada en el campo, ahora puede ser dos días de trabajo, y esto para los jornaleros que tienen suerte. Es lo que se denuncia desde CCOO: no se cobra por día sino por kilos recogidos y, dependiendo de las condiciones del trabajador, unos pueden recoger más que otros.
Es el caso de Javier, jornalero en la finca 'Herminta de Cuatrovitas' en Bollullos de la Mitación. Lleva un mes sin cobrar, de los 45 ó 47 euros del jornal del día, sólo cobra 35 y echa 7 horas de trabajo, media más de lo que dice el convenio del campo andaluz. Para que le cuente una peonada, tiene que recoger entre 14 o 16 espuertas de aceitunas, cada una de 35 kilos, una tarea imposible para un solo día, al menos tarda dos. Y lo puede hacer porque trabaja con escalera o banco porque, los jornaleros que no disponen de estas facilidades, tardan mucho más en recogerlos.
Javier, jornalero sevillano: conflictos laborales
10:11
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Hoy no ha trabajado, ni mañana por consejo de CCOO, como medida de presión para cobrar y no perder derechos laborales aunque, su mayor preocupación, es llevar el jornal a su casa, donde lo esperan mujer y tres hijos de 9, 7 y 4 años. Escuche la entrevista completa:
Mónica Vega, secretaria de Organizacion del sindicato provincial de Industria de CCOO, asegura que "a los empleadores les interesa personal vulnerable, aquello con los que las mafias se puedan lucrar: pesonas con poca cultura, rumanos, subsaharianos o árabes".
Más información
En los últimos años Comisiones ha presentado 400 denuncias y cuatro se están investigando en los juzgados. La más avanzada se encuentra en el juzgado de primera instancia e instrucción de Lora del Río. Ya se han producido las declaraciones y está pendiente de remitirse el caso al juzgado de lo penal. Uno de los más escandalosos que han conocido recientemente es el de un empresario que encerraba a 30 trabajadores durante su jornada laboral en un local de Arahal donde se dedicaban al aderezo de aceitunas. No estaban dadas de alta y nadie podía conocer lo que hacían dentro porque ni siquiera había un cartel que indicara el nombre de la empresa.