La maldición del tesoro nazi
Los hombres de Hitler cometieron el mayor expolio de la historia, que a día de hoy sigue siendo un misterio
Alcobendas
Cuando el Tercer Reich comenzaba su inexorable retirada, miles de lingotes de oro robados, joyas y obras de arte fueron enviados a refugios secretos de toda Europa. Túneles bajo tierra, cofres en el fondo de lagos y ríos, trenes blindados… La maldición del tesoro nazi todavía perdura, y su búsqueda incansable se ha cobrado la vida ya de varias personas…
Misterios de la Historia: La maldición del tesoro nazi
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Numerosos hallazgos arqueológicos en los últimos tiempos vienen, si no a corroborar, al menos a sugerir que los nacionalsocialistas no sólo se hicieron con unas riquezas indescriptibles fruto del expolio sin piedad a los países ocupados por sus ejércitos, las ejecuciones en masa y la extorsión, sino que muchas de las mismas permanecen todavía hoy, más de 70 años después del final del conflicto más sangriento de la humanidad, en paradero desconocido.
Apenas dos meses después del desembarco de Normandía, concretamente el 10 de agosto de 1944, tuvo lugar una reunión secreta en Estrasburgo de los mayores industriales alemanes, organizada por el Reichsleiter, secretario personal del Führer, Martin Bormann. Allí, los nazis, sabedores que todo el patrimonio germano caería en manos de aliados y soviéticos de producirse una derrota cada vez más evidente, discutieron el proceso de blanqueo de las riquezas que habían atesorado con la intención de utilizarlas más tarde en la construcción de un IV Reich, y para financiar redes de fuga de los hombres fuertes del régimen, como la red Araña y ODESSA, la Organización de Antiguos Miembros de las SS, comandada por el guardia negro Otto Skorzeny. Para reconstruir la economía alemana de posguerra, utilizarían el envío de dinero a Suiza a través de “empresas pantalla” que se harían fuertes en el extranjero. Durante toda la guerra, el país alpino había sido el centro neurálgico en el que negociar con el dinero robado, su particular banco en territorio neutral. Una de las historias más vergonzantes del siglo XX. Por otro lado, cuando Berlín estaba siendo acechado por todos los frentes, se enviaron diversos convoys repletos de dinero, obras de arte y oro a distintos puntos con la intención de esconderlos de las fuerzas aliadas.
La noticia hace un año de que podría hallarse un tren repleto de tesoros nazis en una vía de tren soterrada unos 20 metros bajo tierra en Polonia, concretamente en la localidad de Walbrzych, una historia que ha levantado ampollas y que está llena de claroscuros sobre la veracidad de la misma, llevó a numerosos cazatesoros a lanzarse a la búsqueda del fabuloso botín. Esta historia se unía a la del castillo de Ksiaz, cerca de la misma localidad polaca, horadado de túneles en los alrededores en los que podrían haber sido escondidas, según la leyenda local, también muchas riquezas del Tercer Reich, e incluso pruebas de la carrera nuclear nazi.
Pero estos eran apenas sólo dos de los muchos lugares en los que la tradición sitúa el tesoro de los nazis, marcado también por la sombra de la maldición: y es que no han sido pocos los aventureros que han muerto buscando el mismo. Caso particularmente especial es el del lago Toplitz, en los Alpes bávaros, donde durante décadas se ha buscado con tesón el botín amasado por los acólitos de la esvástica, llevándose a más de uno y de dos buzos a la tumba en sus profundas y peligrosas aguas. En las mismas se hallaron montones de cajas con miles de libras esterlinas falsas que venían a corroborar una de las operaciones de engaño más efectivas llevas a cabo por las SS: la Operación Bernhard, que tuvo como finalidad colapsar el sistema financiero inglés introduciendo en su economía divisas falsificadas.
Mapas que hablan de la Cámara de Ámbar robada por los nazis, polvorientos archivos recientemente desclasificados, e incluso una partitura musical con una serie de claves secretas que conducirían al oro escondido por Bormann, forman parte de uno de los episodios más fascinantes y desconocidos de la Segunda Guerra Mundial, un tema que ocupa la portada de la revista Enigmas de este mes, que aborda en profundidad el destino final del oro nazi y que hoy ocupa nuestra sección de Misterios de la Historia con Óscar Herradón.