Hacienda, ¿por qué no cartas rosas?
El comentario de Alberto Calleja
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Palencia
¿Qué son peor? ¿Dieicisiete millones para Messi que cobra cincuenta al año o seis mil euros de sanción para alguien que apenas sí llega a fin de mes?
Lo del futbolista además se lo pagó su empresa, y parece claro que Hacienda le multó porque conscientemente no declaró. Hay casos - pero la Agencia Tributaria no distingue - en los que el error se debe a la involuntariedad o el desconocimiento del contribuyente que no tiene siquiera para pagar a un asesor.
Como dijo la abogada del estado en el caso Nóos eso de que Hacienda somos todos es sólo un eslogan publicitario. Como la mayoria de cuestiones de este sistema, también ellos se ceban en el usuario medio o bajo y apenas rozan al poderoso.
En Hacienda la mayoria de funcionarios hacen bien su trabajo y tienen esa sensibilidad que apenas adivinamos del organismo para el que trabajan.
El otro día me contaba un conocido que el año pasado le llegó una carta de Hacienda - con el dorso negro, ya sabéis - en la que le acusaban de haberse lucrado con la venta de un piso y luego no haber declarado la ganancia. En realidad lo que habia hecho era, hacia ya más de cinco años, invertir todo lo ganado en la compra de un nuevo piso. Para demostrarlo le pidieron un sin fin de documentos, alguno de ellos - según me dijo - que cualquiera bien pudiera no tener ya en su poder. De haber sido así, hubiera tenido que pagar un montón de dinero en relación a su declaración de los últimos cinco años porque en casos así parece que Hacienda suele dejar pasar varios años y no notificarlo el primero.
Al cabo de un tiempo, hecho el recurso, un buen dia le llegó una nueva carta que, como la mayoria de los mortales, abrió con el consiguiente temblor de manos: Hacienda le decia que, con respecto al primer año de declaración tenía razón: a la consiguiente alegría le acompañó pronto una nueva desazón: ¿qué pasaba con los otros años? Esa noche - como tantas esos últimos meses - no durmió bien.
Al dia siguiente llegó otra carta correspondiente a otro año: también tenia razón: de nuevo alegria y de nuevo desazón. Y así el resto de dias con el resto de años.
¿No hubiera podido Hacienda - se preguntó el último día - mandar una sola carta con el resultado global? Supuso que así debia ser y tenía que ver con determinados formalismos pero no pudo evitar pensar que también Hacienda podia funcionar de otro modo.
Igual que podría, o debería, enviar cartas cuando un contribuyente tenga derecho a recibir algo. Cuando el objeto de la misiva sea a favor del contribuyente. En cambio sólo avisan, sólo mandan carta para pedir. Cuando de reclamar se trata no hay aviso nunca: o te das cuenta y reclamas o pierdes aquello que es tuyo. Incluso en casos en los que te corresponde un dinero. No hay aviso, y sino te enteras y no lo pides, lo pierdes.
Mi amigo aboga por cartas con el dorso verde o rosa, en vez de negro, cuando se trate de una buena noticia.
No sé si lo veremos, pero tengo claro que si lo hace, Hacienda tendría otra fama y sus trabajadores, la mayoria estupendos, no tendrían que cargar con la que la Agencia Tributaria tiene.