La paradoja Kiko Sánchez
El Kiko Sánchez deportista todavía se merecería la calle, el Kiko Sánchez concejal se merece la reprobación
La Columna de Carlos Arcaya | La paradoja Kiko Sánchez | 15/06/2016
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Alicante
Ya que últimamente la cosa va de paradojas, Kiko Sánchez tiene el honor de contar con una calle en Alicante por sus méritos deportivos. Recuerden, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
La concesión -particularizada en el regatista- no deja de ser un reconocimiento y una exaltación de una forma de vida en donde la superación; el juego limpio; la fraternidad; el compañerismo; el valor educativo de los buenos ejemplos; el respeto de principios éticos fundamentales y universales o la responsabilidad social, son piezas fundamentales.
Todo ello, en definitiva, los valores del olimpismo, algo que se le olvidó -según el Tribunal Supremo- a Kiko Sánchez cuando se convirtió -por obra y gracias del exalcalde Alperi- en concejal del Ayuntamiento de Alicante.
Si los humanos nos pudiéramos disociar, el Kiko Sánchez deportista todavía se merecería la calle, como el Kiko Sánchez concejal se merece la reprobación. Pero, como no es así, ni Kiko Sánchez se merece una calle, ni Alicante merece que una de sus calles lleve el nombre de alguien que le hizo trampas a sus conciudadanos.