“La policía húngara les echa a los perros para que no consigan cruzar la frontera”

Vitoria

Lorena Barroso y Elena Arteagoitia, integrantes del colectivo Solidariak Martxan nos cuentan su experiencia. Escúchalo aquí.

Una mochila, casi 6000 euros recaudados entre familiares y amigos y muchas ganas de echar una mano. Han sido los tres imprescindibles que Elena Arteagoitia y Lorena Barroso han necesitado para el viaje que han hecho este mes de agosto. Estas dos mujeres, que forman parte del colectivo Solidariak Martxan, han estado dos semanas en la localidad de Subótica, en la frontera serbo-húngara, donde centenares de refugiados malviven en diferentes campos.

Integradas en un grupo de voluntarios independientes que lleva trabajando en el lugar, han dedicado estos días a repartir alimentos a las personas desplazadas que se encuentran la zona alojados en un campo oficial y dos asentamientos cercanos a la frontera. Campos en los que no se puede entrar 'oficialmente', así el reparto se realiza en puntos cercanos a los que se desplazan las personas.

Durante estos días Elena y Lorena han podido conocer las historias de quienes esperan para poder pasar la frontera. Historias como las de Hana, que ha huido de una ciudad devastada y que ha visto morir a manos de DAESH a dos de sus hijos o la historia de Sayed, un joven afgano que ya ha intentado pasar la frontera ilegalmente pagando a las mafias, y que espera una nueva oportunidad.