Ocio y cultura
Gloria Sánchez-Grande

‘Sacrificio a una religión pagana’

Reflexiona nuestra colaboradora sobre la muerte del torewro Víctor Barrio.

Firma Gloria Sánchez-Grande, 'Sacrificio a una religión pagana'

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La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para alguien; incluso para los que conviven con ella. La muerte en el ruedo del torero Víctor Barrio nos cogió a todos por sorpresa. Tan joven, tan rápido, tan inesperado. Tras su funeral, un amigo, un torero, me reconocía: "La frase de nos jugamos la vida es real pero, a veces, nosotros mismos no le damos importancia". A propósito de esta confesión, Stefan Zweig escribió que no bastaba con pensar en la muerte, sino que se debía tener siempre delante: "Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre".

Después del fallecimiento de Paquirri, Yiyo, Manolo Montoliú o Soto Vargas, la muerte ha vuelto a visitar el ruedo para poner las cosas en su sitio. Todas las religiones a lo largo de los tiempos han exigido sacrificios a los dioses y, el toreo -que es una religión pagana- también cumple esta imposición universal. Es un mecanismo tan fácil como antiguo. Una cornada certera se lleva por delante, no sólo la vida de un hombre, sino, además, todo lo excesivo y dionisíaco que encierra la Fiesta.

El toreo siempre ha sido una aventura en la que se puede perder la vida o ganar la gloria. La muerte de un torero es una "ofrenda" a su vocación porque cada día que se pone el traje de luces hay una letra pequeña en el contrato que lo dice... La muerte puede ocurrir. En todo caso, esa letra chica se hace grande con esta tragedia y ayuda a que el foco ilumine una verdad esencial de la corrida de toros.

La súbita muerte de Víctor Barrio en la arena nos ha hecho reflexionar sobre el valor de la vida y, si tenemos fe, devolverá los fulgores a aquellos que se visten de luces y calmará la sed de los dioses por varias temporadas. La parca ha venido a ajustar un viejo reloj que iba perdiendo precisión.

Y por las gradas ya sube Víctor con toda su muerte a cuestas. "Buscaba su hermoso cuerpo y encontró su sangre abierta".

 
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