‘¡Ya era hora!’
Las siempre difíciles relaciones del puerto con la ciudad de Algeciras.
Firma Luís Romero, '¡Ya era hora!'
02:37
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Algeciras
La inauguración del acceso central Paco de Lucía al puerto de Algeciras nos ofrece una buena excusa para hablar del puerto y de nuestra ciudad. Lo primero que se nos viene a la cabeza es que ‘ya era hora’ que el primer puerto de España tuviera un acceso decente desde la ciudad que le acoge. No debemos dejarnos llevar por la melancolía y bueno es reconocer que la actuación en toda la fachada ciudadana del puerto le está ofreciendo tanto a éste como a Algeciras una imagen de la que carecía hasta el momento. Lo dicho, ya era hora.
Sin embargo, uno no puede dejar de pensar, cuando se trata del puerto y de la ciudad, en otros puertos y en otras ciudades. Y en cómo han resuelto esa integración de la que tanto se habla pero que en Algeciras tan poco se ha hecho, al menos hasta no hace demasiado tiempo. Supongo que los algecireños viajeros se habrán fijado, cuando las hayan visitado, en las soluciones portuarias de, por ejemplo, Barcelona o Málaga. Sobran los comentarios. Cierto que son ciudades con sus propias circunstancias, pero no me negarán que las soluciones elegidas han sido imaginativas sin dejar de ser complicadas y que le han dado una vida nueva a la ciudad en su fachada litoral.
Nosotros, aquí, tenemos una servidumbre que se llama llano amarillo, que durante algunas semanas al año y durante estas solamente algunos días, sirve de colchón a una más de nuestras hipotecas geográficas. Me refiero a que, precisamente durante estos días del mes de julio, para poder desarrollar la Operación Paso del Estrecho con garantías es preciso tener ese espacio disponible por si acaso, por si se produce alguna aglomeración o un caso puntual de retraso en el embarque provocado por un temporal de levante o algo similar. Pero esto no puede convertirse en una hipoteca permanente, sin límite en el tiempo, eterna, para que pueda desarrollarse de una vez ese frente portuario que uniría definitivamente el puerto y la ciudad, que ha estado separado por vallas desde hace decenas de años.
Otras ciudades lo han conseguido. Algeciras no debe ser menos. Hay que ponerse a ello y para eso el Ministerio del Interior, último responsable de la Operación Paso del Estrecho, debe echarle un pensamiento, al igual que los responsables de la Autoridad Portuaria y de la ciudad imaginar alternativas viables y originales para que nadie pueda negarse llegado el momento.
Cierto que Algeciras no es Barcelona ni Málaga, ni tiene su tirón poblacional ni su relevancia turística, no hay que engañarse. Pero no por eso debemos resignarnos a no soñar con que, algún día, podamos disfrutar de algo parecido a un entorno portuario digno de una ciudad moderna.
Está bien lo del acceso central, está bien que se repiense el acceso sur para hacerlo más operativo, pero coincidirán conmigo en que lo del llano amarillo clama al cielo.