Despropósito uruguayo

A Coruña

Es difícil encontrar algo peor organizado. El Deportivo y el Celta viajaron a Uruguay sin saber, siquiera, si iba a haber partidos. Fue dentro del propio avión que llevaba a los jugadores a Sudamérica cuando éstos se enteraron de la confirmación de los partidos. Sólo en el último suspiro, se salvó la cancelación cantada del derbi ante el Celta.

El viaje ya comenzó, por lo tanto, marcado por el despropósito. Al margen de esto se pone en duda el sentido que puede tener recorrer 10.000 kilómetros en plena pretemporada con todo lo que hay en juego.

Una vez allí, el Dépor y el Celta pagaron un alto peaje a su visita. Las instalaciones no eran las mejores. Los jugadores reconocieron a Radio Coruña que los campos de entrenamiento no estaban en buenas condiciones. Además, el estadio del Nacional tenía el césped en un estado pésimo. El riesgo de una lesión importante es una amenaza muy real.

Por otro lado la improvisación fue constante. El programa de actos y compromisos fue diseñándose sobre la marcha. El propio Garitano no sabía a primera hora de cada día qué campo dispondría para entrenar. Algunos de ellos a más de una hora del hotel de concentración del equipo.

Pero el inexplicable viaje pierde el sentido en el supuesto día grande. El primer derbi fuera de Galicia fue anunciado a bombo y platillo. Pero una vez allí, las gradas completamente vacías. El guiño a la colonia gallega se quedó en un gesto hacia la galería. La masiva afición de Galicia no acudió allí. En las gradas, un grupo de gaiteiros y pocos centenares de aficionados. Se podían, casi contar con la mano. Algo ha fallado.

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No estaría mal que la Federación Gallega y y ell señor Rafael Louzán explicaran los beneficios, si es que los ha habido, que este despropósito de viaje ha tenido.