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Palizas, droga y sexo gratis en el día a día de los agentes investigados

Obtenían prebendas en clubes a cambio de archivar denuncias y alertar de inspecciones

Cadena Ser

Palma de Mallorca

Nuevas revelaciones del sumario de la presunta trama de corrupción de la Policía Local de Palma. El testimonio de una decena de testigos protegidos revelan los tratos de favor de numerosos agentes en clubes de alterne, en los que no pagaban ni bebidas ni servicios a cambio de avisar de inspecciones y archivar denuncias. Los testimonios ponen sobre la mesa capítulos de maltrato y palizas hacia las mujeres que trabajaban en los establecimientos.

Los agentes acudían de forma casi diaria a un local situado en la Playa de Palma, propiedad de un empresario hotelero que tiene numerosos negocios de restauración y ocio en la zona. En el local, según las testigos, trabajaban entre 40 y 50 mujeres que estaban sometidas por el dueño del establecimiento, que les obligaba a tener relaciones sexuales con él y les descontaba parte del sueldo si llegaban un minuto tarde a trabajar.

"Las putas deben obedecer, aquí el que manda soy yo" era una de las frases que profería el empresario, que según los testimonios, no pagaba a las chicas el porcentaje por sus servicios si el cliente se quejaba o no quedaba satisfecho.

Las mujeres, cuya identidad ha sido protegida, afirman que al local acudían numerosos policías, políticos y funcionarios. Una de ellas declara que todas sabían que se entregaban sobre con dinero a políticos, agentes locales y guardias civiles.

De hecho, el trato de favor también se reflejaba en la imposición de sanciones. Una de las jóvenes presentó una denuncia contra el table dance que terminó desapareciendo. Avisaban también de las inspecciones y a cambio recibían sobres con dinero, se les pagaban cenas y tenían los servicios gratis con las chicas.

Los malos tratos y las agresiones físicas y verbales estaban a la orden del día, según denuncian las jóvenes, que apuntan a fiestas en fincas y un club que abría a partir de las cinco de la tarde solo para políticos. A este local, según las declaraciones, acudían alcaldes de Mallorca, jefes de policía y cargos políticos, a los ellas califican de viejos.

Uno de los episodios más crudos se produjo después de una fiesta en prostíbulo a la que acudieron cuatro o cinco policías. Una de las jóvenes denuncia ante el juez y el fiscal que uno de los agentes le dio una paliza que le provocó un coágulo en la cabeza, una costilla rota y un hematoma en el ojo. El policía le amenazó con matarla o deportarla si se atrevía a denunciarlo.

 
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