Expectativas

Palma de Mallorca

Las expectativas siempre han sido importantes en política. Pero en estos tiempos líquidos de gurús, encuestadores express, polítólogos, futurólogos y periodistas fanboys, quizá las estemos generando por encima de nuestras posibilidades.

La creciente importancia de las expectativas ha logrado condicionar el análisis de los resultados electorales. Analizamos números en base al grado de alteración de las expectativas. No hablamos del valor real de las cifras, sino en función únicamente de las que esperábamos, lo que permite a los partidos no solo magnificar el triunfo, sino poner matices a la derrota. En Baleares, el listón lo pone el fracasado sorpasso de Units Podem Més.

El PP balear sigue dividido y sin líder, ha cosechado su segundo peor resultado electoral de la historia en una generales, pero como esperaba un batacazo que al menos le ayudase a tocar fondo, con el frustrado sorpasso y los 22.000 votos recuperados ya se ven en el Consolat de Mar de aquí a tres años.

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Un caso similar es el del PSIB-PSOE. Venía del mayor tropiezo de su historia y las encuestas predecían debacle. Han recuperado casi 5.000 votos, pero su tercer peor resultado en unas generales les mantiene en el cajón más bajo del podio. Reconocen que los resultados no son satisfactorios, pero no esperen flagelaciones públicas.

Units Podem Més esperaba sumar y ser la fuerza más votada. Se han dejado 40.000 votos por el camino. Cuando la suma resta, la división se multiplica y en la coalición hablan claramente de fracaso, a pesar de que Yllanes y de la Concha son los dos primeros diputados de Baleares que llegan a Madrid sin ser del PP o del PSOE en los últimos treinta años.

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En Ciudadanos, todo igual tras devolverle al Partido Popular cuatro mil votos que les habían prestado. No hay problema.

Por cierto, yo también perdí la porra. Pero al menos les avisé de que fallaría.