El amor y el fuego
Qué pocas ocasiones nos brinda el calendario como esta de la noche de San Juan. Mitos e historias aparte, es la noche del amor
Punto de Vista de Cecilio Nieto | El amor y el fuego | 24/06/2016
01:35
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alicante
Qué pocas ocasiones nos brinda el calendario como esta de la noche de San Juan. Mitos e historias aparte, es la noche del amor.
La naturaleza nos brinda el espectáculo del eterno recomenzar, de la calculada sucesión de solsticios y equinoccios, de agostamiento y renovación de especies y de toda clase de vida. Es la fusión de los cielos y la tierra. Los humanos nos sentimos urgidos por el despliegue de tanta sensualidad, de tanto erotismo natural; la procreación nos sacude hasta lo más íntimo de nuestro ADN.
Pero esos impulsos, domesticados bajo etiquetas como al amor, el matrimonio, la pareja y otras semejantes dice mucho de nosotros como seres sociales pero dice menos de nosotros como seres naturales. ¿Pueden el amor y el deseo estar coartados por unas normas excluyentes? El amor vive en la llama del deseo. Cuando ésta se apaga, languidecemos temerosos de incumplir las exigencias sociales.
Los grandes novelistas supieron describir esa agonía devastadora e infeliz. Madame Bovari, la Regenta, Ana Karenina, el Maestro y Margarita, etc., son claros ejemplos. La noche de San Juan deben llevarnos a esa reflexión mientras contemplamos el crepitar, desde lejos, del fuego de las hogueras.
Deberíamos dejarnos llevar por la invitación de la naturaleza a través de su solsticio de verano: quemarnos en la hoguera del deseo. Tal vez de esta manera seamos más felices.