La noche de San Juan
Desde tiempos ancestrales la noche del solsticio de verano se ha asociado con una mágica apertura de los cielos, con fenómenos inexplicables que sólo pueden ser vistos por personas que sepan leer ciertas señales
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Punto de Vista de Cecilio Nieto | La noche de San Juan | 23/06/2016
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Alicante
Desde tiempos ancestrales la noche del solsticio de verano se ha asociado con una mágica apertura de los cielos, con fenómenos inexplicables que sólo pueden ser vistos por personas que sepan leer ciertas señales, las de las poderosas energías solares actuando sobre la Tierra, escondidas a veces en los pliegues más anodinos de la cotidianidad. El hombre y la naturaleza se funden en un interminable abrazo en los que intervienen los cuatro elementos que representan a ésta: agua, tierra, aire y fuego.
De un modo u otro, las hogueras al borde del mar, en las playas, al aire libre, representan esa unión sensual y amorosa que suele estar encarnada por el deseo masculino del cuerpo de la mujer. La mujer representa a los 4 elementos; el hombre busca su fusión con ellos, con ella. Y como en toda posesión se subraya un ritual. Sin rito no hay apareamiento. Y para que la hembra sea receptiva se ensayan oraciones y hechizos que aligeren su voluntad y alivien su rechazo.
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Cecilio Nieto / Silvia Cárceles
![Cecilio Nieto](https://cadenaser.com/resizer/v2/G43R5BX7ANJRNM6TGSCTWFS2S4.jpg?auth=7c0ef6954d32e4ca18e214447f44e8f158dd2b7ba101cd046bd6daedfd2639bd)
Cecilio Nieto / Silvia Cárceles
Conseguidos los propósitos, todo arde en la hoguera de la pasión y de la posesión. De esta manera la especie queda asegurada. Después, al amanecer, solo quedarán las cenizas del banquete amoroso. Los dioses, que han seguido atentamente el desarrollo de los rituales, desperezándose, iniciarán su descanso.
Hasta que otro acontecimiento de importancia los requiera. Como la vida misma.