Un Guardia Civil se enfrenta a 14 años de cárcel por maltrato a su mujer y su hijo
La Audiencia de Cantabria le juzga, entre otras cosas, por decirle que “le salía más barata muerta que viva”
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Imagen de archivo de un posible agresor. / Cadena SER
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Santander
La Audiencia de Cantabria juzga a partir de mañana lunes, 6 de junio, a un guardia civil acusado de maltratar a su mujer y a su hijo durante once años, entre 2000 y 2011. El fiscal pide penas que suman 14 años de prisión y el pago de 9.000 euros en indemnizaciones y la acusación particular eleva la solicitud de condena a más de 16 años.
Según el relato del ministerio público, desde que comenzó su relación hasta que finalizó la convivencia de la pareja, el encausado fue responsable de "constantes y reiteradas situaciones violentas" contra su mujer, en numerosas ocasiones en presencia del menor, que también fue objeto de violencia.
Así, relata que cuando el hijo de ambos tenía un mes colocó su arma reglamentaria en la sien de la mujer mientras la amenazaba con matarla delante del bebé y después le introdujo el arma en la boca diciendo que "si le daba en la cabeza iba a tener que limpiar mucha mierda".
También durante una discusión agarró al bebé, lo sacó por la ventana y mientras le mantenía suspendido le decía a su mujer que si se acercaba, lo soltaba.
El fiscal recoge además que cuando el niño tenía cinco años y delante del menor, le propinó a su mujer un fuerte bofetón que la tiró contra el suelo, donde siguió dándole patadas y amenazándola con matarla.
En otra ocasión, señala, la azotó en las nalgas más de 15 veces y tras su traslado a Huelva por razones laborales en 2010 siguieron en el nuevo domicilio las roturas de enseres y muebles.
Ese mismo año le propinó una fuerte patada en la espalda al hijo y en 2011, cuando ya estaban en trámite de divorcio, ordenó a su mujer que se quitará la ropa, la agarró por el cuello y la penetró vaginalmente, explica.
Asimismo relata que la amenazó con matarla cuando ella se negó a firmar el divorcio de mutuo acuerdo que había redactado un letrado elegido solo por él, diciéndole que le salía más barata muerta que viva. La mujer accedió para poder regresar con su hijo a Cantabria.
Una vez en Torrelavega, la mujer denunció los hechos y el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de la ciudad impuso al acusado una orden de alejamiento de 500 metros de su exmujer e hijo.
A consecuencia de todos estos hechos, la mujer presenta un trastorno de estrés postraumático de intensidad moderada-grave con sintomatología ansioso-depresiva, lo que le provoca un malestar significativo con deterioro de su vida personal y actividad social, precisando tratamiento psiquiátrico.
Mientras que el hijo de la pareja, igualmente, padece estrés postraumático de intensidad moderada con sintomatología ansioso-depresiva y requiere de apoyo psicológico.