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¿La fruta engorda?

Desmontamos cuatro mitos que rodean a este tipo de alimentos

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Valencia

 Con la llegada de la primavera aumenta el consumo de frutas. De forma inconsciente dejamos de ingerir caldos y pasamos a tomar otro tipo de alimentos, como los zumos. El cuerpo nos pide diferentes productos, pero, ¿son saludables? ¿Es cierto que podemos llegar a aumentar de peso si abusamos de la fruta? ¿Cómo debemos tomarla: pelada o en zumos? Carlos Casabona, pediatra, autor del libro Tú eliges lo que comes. Cómo prevenir el sobrepeso y alimentarse bien en familia, explica cuatro puntos importantes que rodean a este tipo de alimentos:

- Los azúcares presentes de forma natural (como por ejemplo la fructosa), ¿son perjudiciales?

 Teniendo en cuenta "cómo está el patio", es decir, la mala alimentación que tenemos los españoles desde hace unas dos décadas, cuando veo escrito o leo en algunas webs o en algunos libros de dudosa base científica que la fruta hay que limitarla o directamente retirarla de la alimentación, me entran escalofríos en el córtex cerebral. Es absolutamente falso y peligroso decir que la fruta es mala para la salud o que se debe limitar. Habría que plantearse estas preguntas: ¿Han visto a un niño o joven comerse tres plátanos seguidos, comer cuatro naranjas de un tirón o una sandía entera? Aseguro que en 30 años de experiencia que llevo como pediatra jamás ha venido una familia a mi consulta a decirme: "doctor, estoy preocupada/o porque mi hijo no para de pedirme fruta a todas horas". Esta situación no existe; así de sencillo. Sin embargo, sí que existe la familia preocupada por la salud de sus niños porque las rechazan y prefieren la Nutella o la Nocilla con demasiada frecuencia.

 - ¿En zumo o la pieza entera? ¿Cómo debemos tomarla?

 Durante muchos años se ha recomendado el típico zumo de naranja cada mañana como el elixir de la vida eterna. Ahora sabemos que separar el jugo de la pulpa, esto es, de las estructuras celulares que constituyen el "esqueleto" de la fruta, no es recomendable, pues dejamos la fibra y otros nutrientes en el exprimidor. Y luego, la fibra la buscamos y pagamos a precio de oro en productos hiperprocesados, cuando resulta que no tiene el mismo efecto. El problema de tomar zumo en vez de fruta entera tiene tres vertientes: la primera, en un zumo entran de dos a cuatro piezas, por lo que la cantidad de azúcares libres que se comportarán en nuestro interior de manera metabólicamente desfavorable es elevada.

 Segunda: al eliminar la fibra y evitar la masticación, se ingieren de manera rápida calorías de manera no saciante. Hay receptores en nuestra boca y en nuestra faringe que al masticar, salivar y formar el bolo alimenticio, "avisan" (con neurohormonas) al estómago de la ingesta que estamos realizando; y el estómago a su vez se comunica con el cerebro para advertir de que nos estamos saciando. Por todo ello, beber zumo, sea casero o envasado, es peor que comer fruta entera. El zumo no cuenta como ración de fruta: eso debe de quedar claro. Evidentemente, es mejor 100 ml (medio vasito) de zumo casero que una Coca Cola, pero no podemos recomendarlo como una medida saludable para cada mañana, sino como una toma esporádica. Fijaos la cantidad que he dicho: 100 ml, es decir, medio vaso. Nos hemos vuelto algo perezosos y nos cuesta coger un cuchillo, pelar una naranja, lavarnos las manos, cortarla y comerla. Si en una reunión, sacas una naranja, la navaja y comienzas el ritual, tus compañeros te mirarán "raro" seguro.

 Y la tercera: al no saciarnos con la ingesta de zumo es muy probable que tomemos más cantidad de comida de la que realmente necesitamos. Por eso hay infinidad de estudios que han determinado que beber zumos y jugos está directamente relacionado con el aumento de las cifras de sobrepeso y obesidad infantil estos años; no solo las latas típicas de bebidas azucaradas y las patatas fritas del Mc Donalds o del Burguer King son responsables. Algo tan bien visto como los zumos de frutas están fuertemente implicados en la epidemia de sobrepeso infantil con la que los pediatras y dietistas nutricionistas estamos lidiando actualmente. Espero que a partir de hoy la gente tome fruta entera y abandone la costumbre de tomar zumos o de ofrecerlos a sus hijos como algo saludable. Hay niños que toman cada día dos o tres vasos de zumo; y eso es una auténtica bomba metabólica insana. Ni los zumos de frutas ni los famosos zumos verdes, aunque los anuncien personajes famosos, nos desintoxican; si estás intoxicado tienes que ir a un hospital por urgencias.

 - ¿Cuanta mayor variedad de colores en la ingesta es mejor para la salud?

 Pregúntales a los noruegos del siglo XII, a los pigmeos de la selva tropical o a los que viven en el Himalaya a 4000 metros. Durante miles y miles de años hemos comido lo que teníamos a mano y el cuerpo humano es tan perfecto que se adapta a cualquier situación mientras no sea extrema. Lo de ir al supermercado e ir mirando los colorines de tal o cual fruta… No tiene sentido. Los colores de las frutas y de las verduras tienen relación con la composición química que contienen, porque aunque la gente diga que no quiere alimentos que lleven química, es porque no saben que ellos mismos son química, que las verduras y fruta son química, y que todo lo que existe es química. Hay que acabar con la quimiofobia, porque eso es no recordar una de las asignaturas básicas del colegio. Por otro lado, pensar que cada día que tengo que reunir -como si jugáramos al parchís- frutas u hortalizas de varios colores para tener una salud de hierro, es absurdo. Hay que comer las frutas y hortalizas que nos gusten por su sabor, que estén bien de precio, y a ser posible, de temporada. Por cierto, los alimentos ecológicos son más caros pero no son más sanos, tal y como explica JM Mulet en su libro Comer sin miedo. El interés por tener muchos productos en la cesta de la compra no es científico, está inducido por la industria alimentaria. No es bueno el dogma que se ha promulgado que hay que comer mucha variedad de alimentos y si tenemos perspectiva histórica nos daremos cuenta de ello. Tampoco hay superalimentos, mal que le pese a quien le pese.

 -Estamos en una isla desierta y podemos elegir tres frutas para sobrevivir...

 Entremos en el juego, que no todo tiene que ser ciencia pura, y diré que escogería estas tres frutas, pero no por sus colores o porque piense que una es mejor para la salud que otra, sino que porque me gustan mucho: el plátano, la naranja y el tomate. Ahora la cuestión: ¿El tomate es una fruta? Respondo: pues sí, el tomate botánicamente es una fruta o baya porque tiene semillas, igual que el aguacate, la calabaza o el pimiento, aunque en la práctica, no sean consideradas como fruta. Me encanta el tomate, en cualquiera de sus 60 variedades: RAF, cherry, canario, corazón de buey, de rama para untar, ciruela negro, kumato, etc…

Sara Tabares, Directora de Performa Entrenadores Personales (www.performa.es)

 
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