El Algeciras CF roza la Tercera División tras igualar en Lorca (1-1)
Los de Guti, incapaces de derrotar a un equipo en juego, entran en descenso directo
Los de Guti luchan por la permanencia.(lahoyalorcacf.com)
Lorca
El Algeciras CF ha empatado a un gol en el Artés Carrasco de Lorca y se ha complicado sobremanera sus opciones de permanencia en el Grupo IV de Segunda División B. Los albirrojos fueron incapaces de derrotar a un rival sin nada en juego y caen a la posición de descenso directo a falta de una jornada para acabar la liga.
El Algeciras era consciente de que sólo le valía la victoria ante La Hoya y trató de ir a por el partido desde el inicio. Sin excesiva fuerza sobre el área contraria, los de Guti colmaban de mayor peligro las acometidas ante la meta de Carlos Molina con remates lejanos de Marrufo y Benítez. Los de la Región de Lorca apenas intimidaban a los albirrojos, de verde en esta ocasión, que ante el temor de poder encajar un gol, no terminaban de decidirse a ir a por el partido.
Y entre tanto pudo llegar el gol de La Hoya. Fue en un zapatazo a bocajarro dentro del área de Pibe en el 35' que acabó rebotando en el larguero para susto mayúsculo de los algeciristas que replicaron en un tímido disparo de Javi Medina que se fue a córner. Sin más, el partido se fue a vestuarios en una primera parte donde no terminaba de demostrarse que al Algeciras le iba la vida en el partido.
La casualidad hizo que Javi Medina se encontrase un rechace en el minuto 47 de partido para adelantar a su equipo en el partido y sacar provisionalmente a los albirrojos del descenso a los cuales les favorecían el resto de resultados. Pero esa temida ansiedad que tantas veces ha campeado por la mente de los futbolistas de La Menacha hizo que se produjera un 'cortocircuito' que dilapidó al equipo y dio vida al 'Brócoli Mecánico' que fue metiéndose, casi sin querer, en el partido.
La velocidad del africano Gassama sumada a la voluntariedad de un equipo al que el Algeciras dio vida hizo que el mencionado Gassama pusiese las tablas en un gol que aún se intenta adivinar cómo se produjo a falta de veinte para el final. En los últimos compases, ramalazos de coraje de un equipo deshilachado que creía más con el corazón que con la cabeza y que en la última jugada casi festeja el triunfo en un cabezazo de Benítez que salvó el meta con una soberana palomita pero que deja a las claras las carencias de un equipo sin alma, que vuelve a desperdiciar una oportunidad de oro y que está a una jornada, si no lo remedia, de volver al pozo de la Tercera División.
