Tribunales

La Fiscalía apoya las escuchas en la "extraña gestión de fondos" de Romanov

Afirma que las intervenciones telefónicas son imprescindibles en delitos de blanqueo

Cadena SER

Palma de Mallorca

El fiscal anticorrupción, Juan Carrau, justifica las escuchas telefónicas practicadas contra Alexander Romanov en la "extraña e inadecuada gestión de fondos en una cantidad y volumen importante" mientras estaba rodeado de personas que contaban con antecedentes penales por vinculación con organizaciones criminales en Rusia. Insiste Carrau en que el empresario "no es un simple ciudadano ruso que compra una propiedad".

La Fiscalía considera que los indicios previos que había contra Romanov, por sus contactos con individuos condenados por su vinculación con organizaciones criminales y sus propios antecedentes penales, sumado al gran manejo de fondos en efectivo, eran suficientes para pedir y autorizar las intervenciones telefónicas.

"Llevan a cabo una actividad inusualmente en términos económicos, Pagar más de un millón de euros en efectivo, y esto es lo que consta, no es una actividad normal. Ninguna empresa funciona pagando un millón de euros en efectivo" ha insistido Carrau. "Con la investigación se descubre que fueron dos millones lo que sacaron de las cuentas corrientes".

El fiscal ha advertido que uno de los compradores del hotel de Calvia, una de las operaciones de blanqueo que se le imputan a Romanov, señaló que valía 30 millones de euros y la pericial realizada por Hacienda lo estimó en diez millones, aunque Romanov terminó pagando solo seis millones de euros.

La Fiscalía también apoya las escuchas de teléfonos en que en los delitos de blanqueo "es difícil que los implicados denuncien los hechos u ofrezcan testimonios de los mismos". "No se puede ni utilizar un agente encubierto debido a su nacionalidad".

En su argumentación Carrau también ha insistido en que gracias a las escuchas se ha conocido que Romanov no es el propietario del capital que se maneja. "Tiene un jefe, da cuentas al jefe, señor que tiene un alto cargo en el Senado ruso. Las gestiones que hace Romanov son supervisadas, controladas por otra persona. La acusación es blanquear dinero resultante de una organización criminal".

"Hay otra persona que tiene parte, tiene que dar cuentas a su jefe, a su 'boss', a su padrino, porque le llama así, padrino. Las conversaciones van evidenciando que las sospechas tienen fundamento" ha concluido el fiscal.

 
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