Bienvenida al nuevo Obispo
La Firma de Pedro Brouilhet
Palencia
El martes conocíamos el nombramiento de Manuel Herrero como nuevo Obispo de Palencia. Después de un año en sede vacante, nos llega un agustino que parece cercano, amable, trabajador, formado, pastor, hombre de gobierno…
Ante esta situación de novedad la primera actitud es la de abrir los ojos y predisponer los oídos para ver y escuchar, para comprender y valorar la historia y la vida de las personas, los grupos, las comunidades... a las que se llega. Nos sentimos mirados cuando percibimos de la otra persona interés, atención, respeto, autenticidad.
Desde la perspectiva del Concilio Vaticano II, punto de referencia que orienta y dinamiza nuestro caminar creyente y eclesial, es natural que quien llega a presidir la diócesis asuma los gozos y esperanzas, las angustias y tristezas de este pueblo y de esta iglesia diocesana: su historia y recorrido, sus apuestas y empeños, sus dudas y temores, sus debilidades y torpezas, su fe y sus búsquedas…
Como pastor esperamos que nos ayude y estimule a ser discípulos y testigos de Jesús en este nuestro tiempo, tan nuevo y tan original; en esta nuestra tierra, tan añeja y tan cambiada; en este nuestro mundo, tan pluralista y globalizado. Queremos recorrer los nuevos senderos de la historia en fidelidad al Evangelio y al momento histórico que nos ha tocado vivir, sin añoranzas ni nostalgias, con frescura evangélica y creatividad, abiertos al Espíritu que nos mueve a descubrir e interpretar “los signos de los tiempos”.
Esperamos que quién nos presida en nombre del Señor, nos ayude a ser una iglesia abierta y acogedora, muy “pegada” a la vida, pendiente del vivir y el sufrir de las personas, que asume con gozo la originalidad del momento y acoge con pasión los nuevos retos. Una iglesia en camino y en misión, servidora y solidaria, capaz de vivir la aventura de un “nuevo éxodo”, de dialogar con todos y de ir en compañía de cuantos aspiran y trabajan por una humanidad más plena.
Estoy seguro que nuestro nuevo obispo impulsará un plan pastoral que viva las claves del evangelio, de las reformas que nos está señalando el Papa Francisco, el plan pastoral de la Conferencia Episcopal y sobre todo nuestra propia historia.
Una iglesia en la que todos tengamos palabra y tarea, donde se fomenten las mesas de diálogo y los encuentros fraternos, la participación y la corresponsabilidad, en la que el pan se amase entre todos y donde se respire calor de hogar. Una iglesia que imbuida por un espíritu y una dinámica sinodal, tanto en el fondo como en las formas, quiere crecer y vivir como “familia de hijos y hermanos” para mejor servir a la humanidad y al Reino.
¡Bienvenido Manuel a esta su nueva casa! Le deseo lo mejor en esta tierra y en esta Iglesia que peregrina en Palencia.