Paliza intrascendente
El Eibar pierde con claridad en Mestalla en un partido en el que siempre fue inferior y sólo tras el descanso dio sensación de peligro. Dani García vio la quinta amarilla. La derrota no influye en su salvación

Keko disputa una pelota con Santi Mina en Mestalla / Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Valencia
La Sociedad Deportiva Eibar viajó a Valencia, se bajó del autobús, pisó Mestalla, se presentó al partido... y se volvió para Eibar. ¿Resultado? Una goleada clara y rotunda, sin paliativos y sin ninguna discusión, cuatro goles, tres en la primera parte, y una imagen de falta de tensión y gen competitivo palpable y visible. "Aunque no quieras, la cabeza juega también y el hecho de estar ya practicamente salvados ha influído y no hemos competido bien, pedimos disculpas a nuestra afición por ello", estas palabras de Dani García, el capitán del equipo armero al terminar el encuentro, sirven para confirmar la teoría con la que se arrancaba esta crónica. Con todo, y teniendo en cuenta que los 41 puntos le dan la tranquilidad ya casi definitiva, es una paliza intrascendente, que no debería escocer en exceso al entorno del equipo eibarrés, más allá de que nunca gusta perder, y menos con una imagen tan triste como la que se dio en Valencia.
No se recordará mucho esta derrota del Eibar en Mestalla. Sobre todo porque para recordarla, primero tienes que jugar el partido. Y el Eibar pareció presentarse, sí, pero hablar de que lo jugó quizá sean palabras mayores. Alcacer adelantó muy pronto al Valencia, en un error defensivo fruto de la falta de tensión evidente, y eso ya marcó el devenir del encuentro. Es cierto que justo después el Eibar se pudo meter en el partido con dos ocasiones de cierto peligro. Pero fue un mero espejismo. Porque Alcacer no tardó en hacer el segundo, y poco después el tercero... y si le dejan marca hasta cincuenta goles al Eibar. Pero llegó el descanso, y esa fue la mejor noticia para los de Mendilibar.
Con 3-0 en el marcador, una sensación de desconexión casi absoluta, era difícil esperar la reacción armera en la segunda parte. Aunque hubo un conato de rebeldía, de dar un golpe sobre la mesa para reclamar su presencia en Mestalla, Cancelo volvió a marcar para el Valencia, y eso fue una losa tremenda para los eibarreses, que practicamente bajaron los brazos y optaron por aguantar a que el colegiado señalara el final del encuentro. Hubo alguna chispa, algún detalle esporádico, como la buena jugada de Sergi Enrich que acabó con un mano a mano de Adrián que salvó Diego Alvés y que Enrich no acertó en el rechace. Pero poco más. El partido ya estaba perdido desde hace tiempo, desde el 3-0, desde mucho antes del descanso. Fue un partido que le sobró al Eibar, y que mejor no tenerlo en cuenta dentro de la gran campaña que están completando los de Mendilibar. Y lo peor, encima, no es la derrota, es que su capitán, Dani García, vio la quinta amarilla, y por tanto no podrá jugar contra el Deportivo de la Coruña el próximo sábado.

Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...