Granados vuelve a la Asamblea: “Yo jamás he metido la mano en la caja”

Madrid

Durante hora y media, y después de llevar más de un año y medio en prisión, Francisco Granados se ha quitado el traje de presidiario y se ha vuelto a poner el de parlamentario para tomar al asalto la comisión de investigación de la corrupción de la Asamblea de Madrid. A setenta kilómetros de distancia del parlamento y por videoconferencia desde la cárcel de Estremera, Granados ha comparecido para empezar hablando del espionaje político y terminar hablando de la Púnica y lanzando dardos contra su propio partido.

Probada la pantalla y el sistema de conexión, Granados ha dejado claras sus intenciones: “Ni ustedes ni nadie en la Comunidad tienen ningún interés” en hablar del espionaje. Él quería hablar de la Púnica, o de una parte muy concreta: su detención y su situación procesal. Y eso le ha costado algunos enganchones con los diputados y con la presidenta de la comisión, la ‘ciudadana’ Dolores González, que ha llegado incluso a cortarle el sonido para evitar que hablase de lo que no tocaba.

Finalmente la Asamblea ha sucumbido a las ganas de Granados de hablar de la Púnica, pero la intervención del exnúmero dos de Esperanza Aguirre ha estado lejos de colmar las expectativas y no ha tirado de la manta, limitándose a denunciar que está en prisión “decepcionado y maltratado por el Estado de Derecho”, relatando cómo fue su detención.

Comparecencia bronca y a trompicones con pocas palabras dedicadas al objeto de la comisión: el supuesto espionaje político. Granados ha negado haberles dado “carta blanca” a los guardias civiles y policías que supuestamente espiaron a cargos políticos. Espionaje no, pero contravigilancia sí, y a petición de Ignacio González.

De la misma manera, Granados también ha cuestionado el interés que podría tener para él ordenar seguimientos contra políticos como Alfredo Prada, negando también tener una relación de amistad con la jueza que instruye el caso. Ha destacado en varias ocasiones que los implicados han negado siempre la existencia de estos seguimientos. “Por más que ustedes le den vueltas, eso es lo que declararon, o mintieron entonces o mienten ahora”.

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Dardos al PP

Recién anunciada la futura imputación de un diputado regional del PP, más de un integrante de la formación conservadora se ha hundido en la silla cuando el supuesto cabecilla de la Púnica ha entrado a valorar la actuación de su partido desde que fuese encarcelado. Ha sido César Zafra, de Ciudadanos, quien ha hurgado en la herida, destapando la caja de los truenos: “¿Sabe usted qué pasa? Que soy del Partido Popular. Los del PP, pensando en que les da votos, dan hasta más cera de la que da la oposición”, ha dicho.

Unos dardos que han dirigido más arriba en el partido popular, llegando incluso al Consejo de Ministros, acusando a Cristóbal Montoro de usar la Agencia Tributaria a su antojo, y refiriéndose veladamente al exministro José Manuel Soria y también a los datos fiscales del expresidente José María Aznar.

Terminada su declaración de hora y media, los portavoces de la oposición han coincidido en definir su puesta en escena como “chulesca”, mientas que desde el Partido Popular han declinado valorar su ponencia y se han limitado a afirmar, como en ocasiones anteriores, que la comisión de investigación es “una pérdida de tiempo”.