Presencias y ausencias muy destacadas en la Plaza del Carmen
Ha llamado la atención que apenas se hayan dejado ver miembros del equipo de gobierno y que Paco Cuenca haya pasado de puntillas
Granada
La mañana ha dejado grandes presencias y grandes ausencias en el Ayuntamiento. Políticos que se han dado prisa por dar la cara, otros que simplemente han ocupado el lugar que les correspondía y otros que directamente no han estado.
Entre estos últimos, entre las grandes ausencias del día, ha llamado la atención que el portavoz socialista se haya auto relegado a un segundo plano. Paco Cuenca no ha comparecido ante los medios (sí lo ha hecho su segundo, Baldomero Oliver) y se ha dedicado a ver los toros desde la barrera, a analizar la situación, con calma y cautela, evitando dar un paso en falso.
Será mañana cuando, una vez que baje la polvareda y se vea en qué estado se encuentran los heridos en el campo de batalla, él se disponga a ejecutar su golpe de gracia. Cuenca soportó un desaire en las negociaciones que acabaron con el pacto del Saray entre PP y Ciudadanos y ahora sabe que sus cartas son ganadoras. Su momento se acerca y no tiene que mover una pestaña.
Sebastián Pérez sí ha estado presente en la Plaza del Carmen aunque no se le ha visto. Ha estado su asesor personal y mano derecha Pablo Mariscal, inmiscuido como uno más del equipo de gobierno en los fogones de palacio, entrando y saliendo tomando nota sin perder detalle. Sebastián tiene ahora la ardua tarea de desvincularse de las decisiones que se han tomado en la comisión de Urbanismo de la que ha formado parte y de convencer a Luis Salvador para que Ciudadanos mantenga el apoyo al PP si Torres Hurtado y sus allegados caen en cascada.
Y tampoco ha habido noticias del equipo de gobierno. Ni siquiera del portavoz, García Montero, que está acostumbrado a dar la cara por quienes no tienen tanta capacidad de aguante en situaciones límite. Esta mañana solo se vio por la Plaza del Carmen, y fugazmente, a Curro Ledesma cuando regresaba de su desayuno de calle Navas. Visiblemente afectado pero con entereza y buen porte, como acostumbra. Ahora en el PP no bandos, ahora cada uno tratará de sobrevivir por su cuenta a esta ola que amenaza con arrastrarlos a todos.