¿Somos racistas o egoístas?

Bilbao

Leo con satisfacción que nuestra percepción sobre la inmigración está mejorando.

Según el barómetro Ikuspegi, la inmigración sólo es un problema para el 12 por ciento de los vascos. No los vemos como un peligro para nuestra lengua o identidad, para nuestros derechos sanitarios, educativos, apreciamos su aportación a la cultura, confiamos en que paliarán nuestro envejecimiento. No. La problemática de la inmigración está vinculada a cuestiones socioeconómicas. La amenaza es a nuestro bolsillo: el 48 por ciento de los encuestados creen que la presencia de inmigrantes aumenta el paro; la mayoría de nosotros, 55%, que la RGI hace que no busquen trabajo.

Con todo, les decía, todas las percepciones negativas retroceden a niveles de antes de la crisis. Así que, confirmado: más que racistas, hemos sido, somos egoístas. En tiempos de precariedad, vulnerabilidad, miedo...el inmigrante era un competidor en la lucha por las migajas, además del perfecto 'chivo expiatorio'. Ahora que empezamos a ver la luz, nos caen mejor.