Cuidado con la procesionaria
La falta de tratamientos aéreos y las temperaturas están provocando un aumento de las plagas de procesionaria en la provincia de Córdoba. La Junta ha tratado 270 hectáreas de zona forestal, pero los nidos de orugas se extienden por casi toda la provincia sin que de momento exista freno a su expansión
CADENA SER
Córdoba
Las altas temperaturas y la falta de tratamientos aéreos , prohibidos por la Unión Europea en 2012, han hecho que este año prolifere en zonas próximas a los pinares, e incluso en zonas rurales alejadas de estos árboles, la presencia de una plaga muy peligrosa por contacto para los niños y para las mascotas: la procesionaria.
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El delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Córdoba, Francisco Algar, recuerda que “los niveles de infestación de la procesionaria han subido en los últimos años, no sólo en volumen sino en hectáreas de superficie afectada”, aunque no ha sabido precisar cuánta superficie en total.
La situación es común a la que se da en el resto de Andalucía. En Córdoba se ha tratado en el Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria, 270 hectáreas de Los Villares, Posadas, Cardeña y Montoro, zonas de especial uso social, que se encontraban en un grado 2 de infestación por procesionaria.
Si se autorizara el tratamiento aéreo con productos fitosanitarios disminuiría la procesionaria, pero el Ministerio de Medioambiente no da su visto bueno a estos tratamientos, prohibidos desde 2012 por parte de la Unión Europea, por los riesgos que conllevaban para la salud humana. A pesar de ello, se pueden autorizar en casos muy excepcionales, siempre que esté justificada su utilización y estableciendo las máximas precauciones y con un reducido grupo de productos fitosanitarios autorizados por el Ministerio.
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Para luchar contra la procesionaria hay otros métodos menos masivos y más costosos, porque suponen el tratamiento directo en zonas muy limitadas, como la colocación masiva de trampas de feromonas, el tratamiento químico directo contra los bolsones de orugas y larvas, o el tratamiento químico con cañón nebulizador, pero son los que de momento pueden hacerse para evitar que la procesionaria siga avanzando.
La procesionaria debilita las masas forestales, pero está considerada un problema de salud pública porque las púas de las orugas provocan reacciones y efectos alérgicos adversos en el ser humano y en los animales. Es muy importante que los niños no toquen las orugas porque pueden sufrir lesiones importantes.
Hospital Veterinario Puente Genil
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- muy peligrosas para los perros
María Eugenia Vílchez
Me mueven las causas justas. Me gusta contar historias y dar voz a personas que normalmente no la tienen...
