Descontento entre padres y plataformas ante la posible modificación de la jornada escolar
Los que la defienden no están de acuerdo en la forma en la que el Departamento de Educación la quiere poner en marcha, y los que se oponen insisten en que hay que respetar los ritmos de los niños y así no es posible. Son las primeras reacciones a la Orden de Tiempos Flexibles que el viernes aprobó el gobierno aragonés.
Niños en centro escolar / Wikipedia
Zaragoza
La polémica está servida y el tiempo corre porque los centros tienen tan sólo 12 días, hasta el 3 de marzo, para presentar su proyecto y contar con el apoyo de dos tercios del consejo escolar en el caso de los colegios públicos o con la decisión del titular del centro en la concertada. Tiempos imposibles a juicio de Jose Luis Ortega de la Plataforma en Defensa de la Jornada Partida que añadía "que la mejora de la educación no tiene por qué ligarse a un cambio de jornada, cada vez lo vemos menos".
Y es que su apuesta por la jornada partida tiene sus motivos "nos tenemos que fijar en los ritmos de los niños. Cuando mejor están es a las 11 de la mañana y a las 4 de la tarde, son evidencias fisiológicas". A esto añade además otro agravente "todos los programas de apoyo a los niños que lo necesitan se quieren dar de tres a cuatro y media. Eso supone que estarán de 9 a 3 y de 4 a 5, con una hora de parada para comer ¿pero alguién tiene en cuenta los ritmos de los críos?".
- plazos
Estos mismos motivos comparten los padres de la escuela concertada, que en todo momento se han mostrado en contra de su implantación en Infantil y en Primaria. Miguel Angel García de FECAPA apunta que "muchos expertos afirman que la jornada partida es mejor porque mejora el rendimiento de los alumnos, disminuye el fracaso escolar, favorece la conciliación familiar, porque los centros sino se vacían". Por ello, su pretensión antes de desarrollar este proceso era necesario saber si es bueno, "pero no han querido" añadía.
La Plataforma Jornada Continua tampoco esta conforme con esta Orden de Tiempos Flexibles. En su caso, ven positiva la normativa que tanto exigían pero no cómo se va a llevar a la práctica. Uno de sus portavoces, Gonzalo Ruiz Lorente se queja de que "nuestras alegaciones no se han tenido en cuenta, se nos ha ninguneado". De ahí que teman por algunos servicios "no entendemos el tema del comedor, que a los chavales que llevan una jornada continua se les ponga una intensiva. Ese periodo tendría que ser de descanso y romper con actividades regladas y todo indica que no va a ser así". Añade además que "se están consuimiendo recursos de profesorado que vulnera la autonomía de los centros para organizarse."
Menos críticos se muestran n los padres de la escuela pública, aunque señalan que "esta orden de tiempos flexibles no era una prioridad". Flor Miguel de FAPAR considera además que es bastante garantista.
