Bailando con todos

Mérida

El empeño de Pedro Sánchez de sacar a bailar a todos los actores políticos de la nueva etapa menos a Rajoy, claro está, por razones obvias, se parece a aquella película de Kevin Costner titulada Bailando con lobos. Que también los hay en esta ocasión. En el nuevo salón de sesiones de esta España inédita, donde por fortuna nadie puede ya gobernar sólo ni podrá en mucho tiempo, los participantes en la danza se están dando cuenta cada vez más que es mejor bailar con alguien, y a ser posible con la mayoría, antes que quedarse fuera de la pista sin bailar con nadie.

Lo que parecía imposible hace unos días empieza a materializarse. Pedro Sánchez ya tiene acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria, y puede tenerlo con Podemos si Pablo Iglesias no quiere ir a nuevas elecciones bajo el sello de haber sido el que impidió el gobierno del cambio. Pero además la invitación al baile incluye a Izquierda Unida, al PNV y a Compromís, y se ve buena disposición por parte de casi todos.

Kevin Costner incluyó a los siux y a los lobos en su aventura. Pedro Sánchez puede lograr algo todavía más difícil. Quienes le subestimaron se van dando cuenta, cada vez más, que es un político con muchos más recursos de los que se le presumían. Su papel cobra cada vez mayor relevancia, mientras que el de Rajoy avanza hacia un eclipse total de corrupción, sobre todo después de su defensa aforada de Rita Barberá y la probable imputación de esta, que en realidad es una defensa de si mismo. Pedro Sánchez lo logrará o no, pero nadie le negará que está jugando sabiamente sus cartas y que es un activo imprescindible para el inmediato futuro, y para el medio y largo plazo de España. Creo que tenemos un presidente del Gobierno en ciernes.