La fuerza de una imagen que resume la soberbia y el desprecio con que el PP ha gobernado
El presidente del Gobierno en funciones y en situación de rigor mortis se niega a saludar públicamente a quien el Rey ha encomendado tratar de formar Gobierno
Punto de Vista de Carlos Gómez Gil (16/02/2016)
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Alicante
Hay imágenes con una fuerza arrolladora, imágenes icónicas que resumen momentos históricos y a los personajes que las protagonizan. El pasado viernes se produjo una de esas imágenes que ha dado la vuelta a España, acaparando portadas e informativos y que sin duda pasará a nuestra historia política. Me refiero a la negativa de Rajoy a dar la mano y saludar al líder de la oposición, Pedro Sánchez, en el inicio de la entrevista que mantuvieron.
En unos momentos en que la sociedad pide diálogo, el presidente del Gobierno en funciones y en situación de rigor mortis se niega a saludar públicamente a quien el Rey ha encomendado tratar de formar Gobierno porque él se niega a hacerlo, debido a que no tiene ni un solo apoyo fuera de su propio partido. Esa imagen resume la soberbia y el desprecio con que el PP ha venido gobernando, faltando al respeto incluso a aquellos a los que reclama su apoyo, como sucede con el PSOE.
Los padres se preocupan de enseñar respeto a sus hijos, los profesores nos empeñamos en transmitir los valores de la educación y la tolerancia, pero tenemos un presidente del Gobierno que ignorando su responsabilidad institucional se permite ser un maleducado, grosero y macarra, en un lugar tan solemne como es el Congreso de los Diputados.
Es cierto que no nos extraña de alguien que ha demostrado su desprecio a la cultura, su responsabilidad en los recortes salvajes en la educación y la Universidad, como ha hecho Rajoy. Lo llamativo es que no se de cuenta de que los tiempos de tanta barbarie han terminado.