Antonio del Castillo, un cordobés por el mundo

Firma de opinión. Fuensanta García de la Torre. Antonio del Castillo, un cordobés por el mundo. Córdoba Hoy por Hoy.
02:13
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Córdoba
Por muy lejanas ciudades del mundo, un cordobés del siglo XVII nos representa con lo mejor de su arte.
Pinturas y dibujos de Antonio del Castillo, se inventarían en museos y colecciones privadas de Moscú, San Petersburgo, Paris, Londres, Hamburgo, Florencia, Los Ángeles, Nueva York o Chicago donde se conservan, estudian, exponen y difunden algunas de las más singulares obras del maestro barroco cordobés del que en este año de 2016 celebramos el IV centenario de su nacimiento.
Más cerca en Madrid, Zaragoza, Murcia o La Coruña también Castillo nos representa con orgullo.
Y en Córdoba - como no podía ser de otra manera-, tenemos el privilegio de disfrutar de la maestría del pintor, de sus dibujos, de sus pinturas e incluso de algunos trazos decorativos que diseñó para otros maestros.
El Museo de Bellas Artes, la Mezquita Catedral, algunas iglesias y diferentes colecciones públicas o privadas reflejan el buen hacer del maestro a través de sus colecciones y están esperándonos siempre, pero especialmente este año, para enseñarnos a ver desde la mirada del barroco una Córdoba diferente.
Una Córdoba cuya visión se refleja a través de un artista que en los diferentes talleres que a lo largo de su vida mantuvo abiertos por la ciudad o desde el Cortijo Rubio el bajo, trasladó a sus lienzos y a sus dibujos su manera de entender el arte barroco desde la tradición y el aprendizaje de otros artistas que lo precedieron o que fueron sus contemporáneos.
Y Castillo, que habitualmente firmaba sus dibujos con las iniciales de su nombre y apellido – AC -, tuvo la mala fortuna de que estas iniciales llevan a confundir parte de sus obras -en España- con las de Alonso Cano y -en Italia- con Anibale Carracci, y por lo tanto sus dibujos perdían su autoría en beneficio de sendos maestros granadino o italiano.
Sin embargo, su fama trascendió nuestras fronteras y sus obras fueron –y siguen siendo- objeto de interés de numerosos museos y coleccionistas de todo el mundo, en los que el nombre de Córdoba aparece asociado al de Antonio del Castillo y Saavedra, a quien ya alguno de sus contemporáneos como Lázaro Díaz del Valle mediado el siglo XVII, consideraba que era un “vecino y natural de Córdoba, insigne pintor y dibujante que maneja con excelencia los colores”.