No se va

Valencia

Gary Neville no es responsable del desastre de planificación deportiva del Valencia esta temporada. Gary Neville no firmó a Abdennour para tratar de suplir la gigantesca ausencia de Otamendi. Gary Neville tampoco fue el ideólogo de una banda derecha formada por la sociedad Cancelo-Barragán ni decidió las renovaciones de futbolistas a una galaxia de su mejor nivel como Dani Parejo. Dicho esto, conviene hacer una reflexión ahora que todavía estamos a tiempo: si el Valencia baja a Segunda, Gary Neville sí será uno de los culpables. 

Porque -aunque él tenga el desahogo de decir tras el partido en el Villamarín que lleva aquí seis semanas- Peter Lim le regaló el banquillo de Mestalla a principios de diciembre y este es el día que todavía no ha ganado un miserable partido de Liga. Y van nueve. 5 puntos de 27 posibles, que se escribe pronto. Algún iluso en el club incluso esperaba un gesto por parte del técnico anunciando su dimisión en Sevilla si el equipo perdía contra el Betis. Pero no, ahí sigue, convencido no sé sabe muy bien de qué. Describiendo realidades paralelas en sala de prensa, como si de Nuno se tratara. Un completo desacato.

El malestar y la profunda preocupación en el entorno se convierten en indignación al escuchar las risas de Neville en sala de prensa mientras se escabulle de las preguntas de los periodistas. ¿De qué te ríes, Gary? Porque todo este sainete no tiene ni un milímetro de gracia. Una de dos: o el inglés no es consciente del sufrimiento del aficionado o, lo que sería mucho peor, lo sabe y le resbala.

Peter Lim, principal responsable del desastre deportivo que azota Mestalla, tiene la obligación de pulsar el botón rojo del cese y dejar que García Pitarch elija al bombero que pueda apagar este incendio de dimensiones todavía indescifrables. Antes de que sea demasiado tarde.