La denuncia de una ex-monja fue el detonante
Santiago de Compostela
Fue la denuncia de una ex-monja del convento presentada en Madrid la que desató los acontecimientos; la mujer aseguró que varias ex-compañeras suyas de origen indio estaban retenidas contra su voluntad, que habían ingresado muy jóvenes en la orden religiosa y que estaban siendo coaccionadas para no abandonarla.
La denuncia ante la brigada de extranjería llegó a Santiago y la titular del juzgado de instrucción número 1 autorizó un dispositivo para comprobar esas acusaciones. El sábado tomó declaración a las cinco, 2 de ellas decidieron volver al convento y las otras tres se negaron y desde entonces permanecen bajo tutela de la jueza en una casa de acogida.
La versión del arzobispado es muy diferente, ha negado a la Cadena SER que las monjas permanecieran obligadas en el convento, sí reconoce que las cinco habían solicitado la dispensa de votos, que querían abandonar la vida religiosa y que estaban esperando la resolución de ese trámite cuando la jueza apareció en escena. También asegura que el permiso de residencia de las monjas estaba vinculado a su permanencia en el convento, sin embargo, fuentes consultadas por la SER apuntan a que pasados cinco años legalmente las mujeres no podrían perder los papeles.
La jueza investiga también si las monjas tenían acceso a su documentación para entrar y salir libremente y porqué en el año 2011 se deportó a otras dos religiosas con permiso de residencia. De momento no ha habido detenciones ni nadie ha sido llamado a declarar.