El Consejo del Real Murcia más popular
Todos los Samper han salido y los nuevos consejeros se comprometen a buscar financiación
Foto: cadenaser,com
Murcia
Algo está cambiando en el Real Murcia y eso se debe a la necesidad que hay de financiación, algo de lo que los Samper ya no se van a encargar. El club necesita dinero y si hasta ahora lo iba poniendo, para el día, el difunto presidente grana, a partir de ahora será cometido del nuevo consejo de administración, que de urgencia se constituyó el lunes por la tarde-noche.
El problema más acuciante del club es la ausencia de ingreso y de dinero y por tal motivo, han entrado nuevos consejeros que no solo quieren al Real Murcia, sino que están dispuestos a trabajar para buscar debajo de las piedras el dinero que hace falta para acabar la temporada. Como de la familia Samper no va a salir ni un solo euro más, éstos han abandonado en bloque el Consejo de Administración.
En la tarde del lunes se produjo una reunión de urgencia del consejo en el que primero se aprobaron las salidas de Lavalle, Del Río y el fallecido Jesús Samper, para que en su lugar entrasen Víctor Alonso, gerente, Miguel Alejandro Martínez (presidente de FEPEMUR) y Enrique López (de la AAMRM). En esa primera toma de decisiones y a pesar de que no lo tenía muy claro, Guillermo Martínez Abarca aceptó el cargo de presidente.
Posteriormente, el consejo aceptó las renuncias de Juan Antonio Samper Vidal, Gonzalo Samper de Miguel y Juan Antonio Samper de Miguel, por lo que ya no queda ningún Samper en el club. Miguel Martínez pasa a ser vicepresidente, Víctor Alonso secretario y tanto Enrique López como Romeo Cotorruelo, consejeros.
Se trata de una situación provisional, ya que el problema del club es económico y ninguno de ellos tiene capacidad para acometer de su pecunio personal la cantidad necesaria para llegar al final de la temporada. Así que a partir de ahora, todos sin excepción, el trabajo consistirá en buscar financiación para llegar al final de la temporada y rezar para que el club consiga el ascenso, ya que ésta es la única vía de escape, y por lo tanto, de supervivencia.
