Ojo con la vitamina D en invierno
La deficiencia de vitamina D es un problema común en todo el mundo y su prevalencia aumenta en invierno
Fuenlabrada
La vitamina D es fundamental entre otras cosas para mantener la buena salud de nuestros huesos y por eso, en el programa Hoy por Hoy Madrid Sur, Francisco José Soria Perdomo, jefe del equipo médico de apoyo quirúrgico del Hospital Sur de Alcorcón y geriatra de ese mismo centro y de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, ha querido destacar la importancia que representa para los mayores. “En población mayor de 64 años sin factores de riesgo conocidos de hipovitaminosis, la prevalencia de hipovitaminosis fue del 87%” ha explicado.
El geriatra Fran Soria defiende la importancia de la Vitamina D
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La principal fuente de vitamina D proviene de la exposición de la piel a la luz solar y sólo una pequeña parte proviene de la ingesta, “por consiguiente, el déficit aumenta durante el invierno en un 40% en adultos”, ha apuntado el geriatra que, por ello, ha recomendado la exposición controlada al sol “incluso con el uso de protección solar, para incrementar la concentración de calcio, favorecer la optimización del depósito mineral óseo en el esqueleto y la actividad de remodelado óseo”.
Hay dos fuentes de vitamina D: D2 y D3. Mientras que la primera es la que se adquiere a través de los alimentos (como el arenque, el salmón, la caballa, yema de huevo, seta shiitake o alimentos fortificados como los cereales, leches o zumos), la segunda y más necesaria, se consigue por medio de los rayos del sol.
Aunque la mejor manera de conseguir este aporte es el natural, “si hay evidencia de un déficit de vitamina D en las analíticas quizás sea necesario que un médico nos recomiende suplemento”, algo que es especialmente necesario en la prevención de fracturas y caídas. “Si hay déficit, los huesos pueden salir perjudicados y producirse osteomalacia (defecto de mineralización ósea) osteopenia (pérdidad de la densidad mineral ósea) y osteoporosis (afectación severa de la densidad mineral ósea con deterioro de la microarquitectura de los huesos) con las consecuencias graves en el adulto mayor como lo son las caídas y las fracturas de cadera”, ha señalado Soria Perdomo.
Además, algunos estudios recientes han mostrado relación entre el déficit de la vitamina D y un riesgo aumentado en la enfermedad de Alzheimer. “Participa en el crecimiento, proliferación y diferenciación neuronal así como en la neurotrasmisión y la plasticidad neuronal”, ha recordado.