“He tragado mucha saliva, ya no me voy a callar”
Luis Ortiz de 99 años y represaliado del Franquismo lamenta durante la entrega del premio René Cassin que haya tenido que ser una jueza argentina “la que se haya preocupado de esto”
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Josu Ibargutxi, Josefa Berasategi, Julia Monge y Luis Ortiz recogen el René Cassin de manos del lehendakari / IREKIA
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Vitoria
Varios miembros de la ‘Plataforma vasca para la querella contra los crímenes del Fraquismo' han recibido hoy de manos del Lehendakari, Iñigo Urkullu, el premio René Cassin de derechos humanos que concede el Gobierno vasco.
Una ceremonia en la que han participado, entre otros, dos víctimas directas de la represión franquista: Josefa Berasategi de 80 años y Luis Ortiz de 99 años que de forma breve han relatado su traumática experiencia. Según ha asegurado este último “es lamentable, muy lamentable que haya sido una jueza argentina la que se haya preocupado de esto porque nuestros gobiernos, que les llamamos democráticos, no se han atrevido”.
“Durante 40 años he tenido que estar callado tragando mucha saliva, pero me prometí a mismo que a partir de ahora no me voy a callar para que todo esto se conozca” ha asegurado este veterano combatiente republicano.
Berasategi, que desconoce dónde está enterrado su padre, ha emplazado a las instituciones a que se impliquen en la búsqueda e identificación de las personas desaparecidas y asesinadas durante la Guerra Civil y el Franquismo.
En ese acto, el Lehendakari ha destacado el "compromiso y la ejemplaridad" de las víctimas del Franquismo y su lucha por “la dignidad, la democracia y la libertad".
Según Urkullu, el premio es un "mensaje democrático contra la impunidad", una forma de “apoyar a la jurisdicción universal” y de “reparar las injusticias” padecidas por las 9.800 víctimas identificadas en Euskadi.
“No hablamos de hechos aislados sino de crímenes de lesa humanidad y este premio es un mensaje ético de reconocimiento de la injusticia padecidas por las víctimas” ha asegurado.
En un momento del acto y durante unos segundos, Urkullu ha interrumpido la ceremonia cuando uno de los invitados, que se encontraba sentado junto a Tasio Erkizia, el histórico dirigente abertzale, ha exhibido una pancarta en favor de los presos de ETA. Urkullu le ha recriminado personalmente la inoportunidad de su acción y tras requerírselo, el hombre ha retirado el cartel.