Así se tira la Copa

"El resultado es merecido, nos han dado un meneo. Hemos echado la eliminatoria y el principal culpable soy yo". Sirvan estas palabras de Jose Luís Mendilibar para resumir la debacle de la Sociedad Deportiva Eibar en El Toralin. El equipo armero ni compareció en Ponferrada, perió con claridad y mostró a todo el mundo cómo se puede tirar una Copa a las primeras de cambio. El resultado, un claro y clarificador 3-0 que le deja prácticamente fuera de la competición del KO, a la espera de que apele a la épica para reengancharse en el partido de vuelta de Ipurua.

"El Toralín" volvió a resultar inexpugnable como lo está siendo a lo largo de la temporada en la Liga Adelante para todos los visitantes y los bercianos obtuvieron un valioso botín que intentarán hacer bueno el próximo 16 de diciembre en "Ipurua" para lograr, por tercera ocasión, eliminar en la Copa al conjunto vasco. José Luis Mendilibar pagó cara su decisión de prescindir de su dupla goleadora, Bastón y Enrich, porque su equipo adoleció de una alarmante falta de remate, con un Arruabarrena inoperante y un Keko poco participativo.

Desde el primer instante se vio a un equipo local más intenso, con las ideas claras y que ganaba en todos los balones divididos a un rival que, sin embargo, tuvo la primera llegada peligrosa tras un error en el despeje de Seoane que a punto estuvo de aprovechar Hajrovic, aunque respondió con rapidez Dinu. Fue la única ocasión de verdadero peligro del equipo eibarrés que muy pronto se vería con el marcador en contra tras la jugada individual del internacional sub-21 montenegrino Luka Djordjevic, protagonista en las últimas jornadas con la Ponferradina, sumando su tercer gol después de un gran amago que engañó a defensa y portero para anotar el 1-0.

Lejos de reaccionar, el equipo de Mendilibar mantuvo su imagen inoperante, sin profundidad hasta que en una acción a balón parado, Khomchenovskyy colocó un centro, tras saque de esquina en corto sobre Melero, para que Jebor anotara del cabeza el 2-0 sin cumplirse la media hora de juego. La Ponferradina achicaba todos los espacios, sus jugadores se adelantaban en todas las acciones y con un juego rápido y vertical, sembraban la incertidumbre sobre la defensa vasca que todavía tendría dos sustos más en las botas, ambos, del ucraniano Khomchenovskyy, mientras que solo Keko en el minuto 38 creó peligro en una acción en la que reclamó la acción sobre él de Miquel.

En la reanudación, hubo unos minutos de buen juego eibarrés, con una gran intervención de Dinu Moldovan al remate de Verdi, que quizá fuera la única ocasión clara porque los cambios en ambos equipos se tradujeron en un resurgimiento berciano que incluso pudo ampliar la renta con un remate de cabeza solo de Infante, para llegar sin apuros, sino todo lo contrario, al tramo final.

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