¿Precio a la docencia?
El profesor y escritor Julián Blasco aborda en el contexto educativo la reflexión lanzada por el filósofo, y pedagogo. José Antonio Marina, vinculando salarios de los docentes al rendimiento de su docencia en las aulas
Mérida
Lejos de estudiar a fondo las verdaderas miserias de nuestro vapuleado sistema educativo, para intentar darle soluciones a medio o largo plazo, (a corto es tarea imposible en España), una vez más algunos “opinadores” hablan de diferenciar el sueldo (ultracongelado por cierto), de miles de profesionales de la enseñanza, que cumplen con su trabajo diariamente, en función del rendimiento que como docente tengan.
Esta sociedad, que paradójicamente no podría ser tal sin las escuelas, institutos y universidades, no duda en poner en tela de juicio, cíclicamente, el sueldo, las vacaciones o los horarios de trabajo del profesorado español, ignorando muchas veces, eso si, los entresijos que conlleva el noble oficio de la educación desde infantil al posgrado universitario y que, lamentablemente, restan todos los cursos eficacia y mejores resultados a nuestros centros, y de paso al éxito del gran destinatario del sistema educativo: La sociedad misma y nuestros hijos.
A la enseñanza se llega por vocación o por necesidad, pero no les quepa la menor duda, que la mayoría de nuestro profesorado trabaja en ella, con ahínco y honestidad, alternando, con profesionalidad, el doble papel de educadores y de enseñantes día a día y año tras año.
Conclusión pedagógica: Pasará la fiebre de estos días sobre este tema, pero nadie o casi nadie gritará a las conciencias “que para que una sociedad cambie a mejor, esta tiene que cuidar, dotar y mimar siempre a su sistema de enseñanza “.