Los ‘sin hogar’ también existen

Alicante

No solemos hablar de ellos salvo cuando protagonizan algún suceso y sin embargo, nuestras ciudades y nuestras calles son la vivienda habitual para los sin hogar. Los vemos dormir en bancos y parques, dentro de los cajeros automáticos o en los zaguanes de los comercios hasta el punto que nos hemos habituado a su presencia, como si formaran parte del paisaje urbano, sin darnos cuenta de que cada uno de ellos representa el fracaso de nuestra sociedad.

Según cálculos oficiales, en España habría de 25.000 a 30.000 sin hogar que vivirían en la calle. Son un volumen tan enorme de personas que por sí solo justificarían programas de intervención urgentes por las instituciones públicas, mientras que, por el contrario, parece como si no existieran.

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Y no hablamos solo de personas marginales, sino que la crisis ha arrojado a nuestras calles a otras muchas; a más mujeres, a más inmigrantes, a más trabajadores sin empleo ni recursos, aumentando también los fenómenos de rechazo y de odio al pobre que en no pocas ocasiones desembocan en agresiones muy graves.

Creo que tenemos el deber moral de hacer presentes a los sin hogar, de reclamar atención y solución para impedir que nos habituemos a ver en nuestras calles a gente dormir y malvivir. Y creo también que tenemos que exigir a las instituciones planes de intervención amplios y efectivos, en lugar de pensar que es responsabilidad exclusiva de las ONG o de la caridad.