Ni asesinatos ni silencios contra las mujeres
Tan importante como luchar y trabajar contra la violencia machista es impedir que el silencio y la indiferencia añadan más dolor a las víctimas y a sus familias

La Columna de Carlos Arcaya: "La diferencia entre emergencia y urgencias sociales"
01:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alicante
De nuevo, otra mujer ha sido asesinada salvajemente por un hombre en Alicante, sumando ya 11 las víctimas asesinadas solo en nuestra provincia, de las 45 que lo han sido en toda España en lo que llevamos de año. En la última década fueron asesinadas 680 mujeres, una cifra espeluznante, insoportable, si nos detenemos a pensar en cada una de las vidas rotas.
Los asesinatos y la violencia contra las mujeres representan un auténtico fracaso para unas sociedades que son incapaces de eliminar comportamientos tan bárbaros en demasiados hombres que siguen considerando a las mujeres como un objeto que les pertenece.

Carlos Gómez Gil / Silvia Cárceles

Carlos Gómez Gil / Silvia Cárceles
Es cierto que no estamos ante un problema sencillo, ni mucho menos, y que cada vez más profesionales, instituciones y dispositivos se han desplegado para proteger a las mujeres y reducir al máximo estos comportamientos violentos y asesinos que anidan todavía en demasiados hombres, pero es evidente que no es suficiente, que como sociedad estamos fracasando, con el peligro añadido de asumir con rutina las noticias de asesinatos violentos contra las mujeres.
Tan importante como luchar y trabajar contra la violencia machista es impedir que el silencio y la indiferencia añadan más dolor a las víctimas y a sus familias. Y eso es algo que nos afecta directamente a cada uno de nosotros, especialmente a los hombres, sin que dependa de campañas ni de políticas llevadas a cabo, sino de nuestra voluntad por decir alto y claro a nuestro alrededor que en nuestra sociedad no pueden tener cabida ni el machismo ni cualquier forma de violencia contra la mujer.