¡Al parón en Europa!

Eibar

El Eibar puede seguir soñando. Se lo ha ganado a pulso, por derecho propio, por méritos propios. Contra el Getafe otros tres méritos más, por los tres goles y por los tres puntos que ha sumado. Son ya 19, lo que quiere decir que a principios de noviembre tiene ya en su bolsillo la mitad de la permanencia. Pues eso, todo un sueño. Y de los buenos. Porque ver al equipo armero en la sexta posición de Primera, en puestos europeos, en este parón liguero es como para frotarse bien los ojos.

Y eso que el partido no empezó como para pensar en una goleada, que al final sí mereció el Eibar. Arranque igualado, con un Getafe que impedía al Eibar plantear la intensidad ya clásica de esta primera parte de campeonato, y metiendo miedo a la portería defendida por Irureta, porque Riesgo no pudo jugar al lesionarse en el calentamiento. Por fortuna, marcó primero Sergi Enrich. Respondió pronto el Getafe, pero la lógica imperó en el marcador con el empate de Víctor Rodríguez. El Eibar se repuso bien de ese golpe, y tras una acción individual soberbia de Saúl Berjón, le dejaba en bandeja el 2-1 a Sergi Enrich. El menorquín marcaba sus primeros goles en Primera y pasaba a la historia como el primer jugador de Menorca en marcar en la máxima categoría.

Tras el descanso, el Eibar redondeó la noche y su sueño. El Getafe salió como dormido, sin tener claro si quería ir a buscar al Eibar o esperarle a la contra. Y el Eibar aprovechó esa indefinición para empezar a merodear la portería de Guaita en busca de la sentencia. Ésta llegó con un penalti de Damián sobre Enrich que Iglesias Villanueva no dudó en pitar, expulsando además al defensa azulón. Saúl Berjón marcaba el 3-1 desde los once metros, y el Getafe desaparecía mientras el equipo armero crecía hasta acabar mereciendo una goleada, por las muchas ocasiones de las que dispusó.

Y todo esto sin olvidar otros aspectos positivos. Eddy Silvestre debutó como titular haciendo un partido muy correcto y estando cerca del gol, la pareja atacante formada por Bastón y Enrich funcionó a la perfección, y hasta Mendilibar hizo debutar a un chaval del filial, a Jorge Mediavilla. Lo más raro, la absurda discusión entre Mauro Dos Santos y Mendilibar cuando éste último ordenó cambiarle porque el central argentino estaba tocado.