El Juanfersa Comunicalia ahoga sus penas en la Copa

Gijón

La Copa del Rey en Gijón tiene un aroma especial. En los pocos pero intensos años de vida del Juanfersa Comunicalia muchas de las actuaciones más notables del club se vivieron en esta competición, gran parte de las noches mágicas, memorables, que este equipo regaló a sus seguidores fueron entre semana. Y el miércoles fue una de ellas.

Una vez más, los de Alberto Suárez lograron la machada, eliminando a un equipo ASOBAL, como es Ángel Ximénez Puente Genil y se metió en los octavos de final de la competición fetiche de los jovellanistas. Además, en un encuentro de vital importancia en lo anímico, tras la mala racha de resultados cosechados en la competición liguera, los últimos para más inri en casa, en el Palacio de los Deportes de Gijón.

Los locales realizaron un partido muy serio de principio a fin, erradicando esos momentos de pájara jovellanista que ya se habían convertido en una desgraciada huella de identidad en esta campaña. El 26-23 final es un reflejo de un partido parejo pero en el que los de Alberto Suárez nunca llegaron a ver peligrar realmente la victoria final. Apoyados en una espectacular aportación de Nacho Fernández desde la portería, por encima de la decena de paradas y con un muy serio ataque posicional, liderado por Maxi Cancio y César Beret, los gijoneses llegaron a disponer de ventajas de hasta seis goles a lo largo del encuentro en el que desde el 2-3 inicial nunca más fueron por debajo.

Todo ello, en un partido con un componente emocional muy fuerte, ya que suponía la vuelta a Gijón de Nicola Potic y sobre todo Ángel Paraja. El gijonés formó parte del Juanfersa desde su creación, hasta que el año pasado tomó la difícil decisión de partir para abrir nuevos horizontes deportivos. Tanto es el cariño y la admiración que el balonmano gijonés profesa al pivote, que con su salida del equipo, el club decidió retirar su ya mítico dorsal 17. Probablemente, más allá de la buena actuación individual, no es la vuelta soñada del hijo pródigo. Aunque, suponemos, una parte pequeña de sí mismo puede que se alegre de esta victoria jovellanista, en la que ya es su competición talismán y en la que ya esperan rival en octavos de final.