Un mes decisivo en el caso de los policías de Mijas acusados de narcotráfico

Málaga

El diablo está en los detalles y en este caso se trata de dilucidar si las investigaciones a los policías locales se justificaban desde las primeras conversaciones telefónicas interceptadas en febrero de 2009 o en las que se obtuvieron en marzo de ese mismo año. La diferencia entre un presupuesto y otro es enorme. Las de febrero eran legales, las de marzo estaban anuladas, por ende, lo sería este caso centrado, al menos al principio en los datos obtenidos de las conversaciones interceptadas.

El sargento de la Guardia Civil que ha llevado el caso asegura que sí, que ya en la primera conversación se sospechó que eran agentes los que estaban detrás del robo de alijos , que se llevaron a cabo seguimientos e investigaciones a los acusados porque una fuente anónima identificó la voz de uno de los procesados , diligencias que no están por escrito y que fruto de ellas se pidió la intervención telefónica de los números de los acusados, entre otros, cien días después de las primeras interceptadas.

Las defensas no se lo creen, niegan que de la primera conversación se deduzcan datos suficientes para la investigación y, en todo caso se preguntan por qué no quedaron por escrito las actuaciones de la Guardia Civil hasta mucho después.

Y es que, las partes han dejado de lado los hechos, no discuten la droga intervenida o la participación de los acusados en el robo de alijos de droga usando los medios oficiales que les otorgaba su condición de policías locales de Mijas porque, en definitiva si la investigación no fue legal no hay caso.