La Generalitat hundió AIDO

Valencia

En declaraciones a la SER, el presidente de AIDO (Instituto de Ótica), Rafael Arturo Ros, cree que, a tenor de lo sucedido, el despido de la esposa de Roberto Parras, responsable de centros del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), fue el detonante que precipitó el hundimiento del Instituto de Óptica.

"No puedo garantizar nada, pero en AIDO nadie ha metido la mano en la caja". Rafael Arturo Ros, que insiste en que se limita a narrar unos hechos "sin imputar nada a nadie ni emitir juicios de valor" señala al IVACE y a la actitud personal de Parras, que arrastró con él al ex director del IVACE, Joaquín Ríos, como los causantes de todos los males del Instituto de Óptica. Asegura que la denuncia presentada por Ríos a la fiscalía y que motivó la investigación bajo secreto por fraude y malversación de subvenciones, debió presentarse tras escuchar las alegaciones de AIDO, tal y como se comprometió el IVACE que incumplió su promesa.

Explica que fue el propio IVACE el que provocó la situación anunciando una minoración de un millón de euros, al final fueron 700.000, durante un Consejo Rector "por supuestas irregularidades en proyectos auditados y en algunos casos reauditados". Es decir, pagos comprometidos fueron revocados provocando la irregular situación que investiga la justicia. Esa denuncia fue presentada, además, sin escuchar -insiste- las alegaciones de AIDO que funciona como una empresa privada, aunque sin ánimo de lucro, pero que se nutre económicamente de fondos públicos del propio IVACE y de subvenciones como las puestas en duda. Fruto de aquello llegó la detención e imputación de Emilio Pérez, ex director del instituto, y de otras quince personas entre las que figura el propio Rafael Arturo Ros.

Siempre según la versión del presidente de AIDO, en 2002 Roberto Parras pidió a Emilio Pérez que contratara a su esposa. Así lo hizo. A finales de 2014, pocos meses antes de las minoraciones y la denuncia ante la fiscalía, el mismo Pérez al desmantelar el departamento en el que ella trabajaba, el de Formación, la despidió como consta en las correspondientes actas. Ella misma dejó claro entonces que su despido iba a traer graves consecuencias para el centro.

El presidente de AIDO insiste en que se limita a "relatar lo acontecido" que no hace juicios de valor sobre el proceder de Parras sino que se limita a trasladar lo que han oído otros compañeros del instituto de lo dicho por la esposa. Y añade que el IVACE "zancadilleó sistemáticamente a AIDO cada vez que este no atendía a alguna ocurrencia o directriz del IVACE". Es decir, "cada vez que no hemos sido sumisos".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Ese torpedeo constante al Instituto de Óptica tuvo su culmen en la minoración anunciada que a su vez derivó en la denuncia presentada en la fiscalía. No tuvo nada que ver en la debacle los despidos pactados en el seno de la dirección tal y como denuncian los trabajadores para quienes solo tiene palabras de agradecimiento por su actitud "sumamente profesional". Y Rafael Arturo Ros insiste: "creo que nadie ha sustraído un euro de AIDO", que no es merecedor de esa denuncia mucho menos sin “escuchar sus alegaciones".

Rafael Arturo Ros lamenta que el actual Consell y los actuales responsables del IVACE, "que tanto presumen de sensibilidad social", no hayan recibido al Consejo Rector del Instituto.

Fuentes de la Consellería de Economía consultadas por la SER han indicado que el Consejo Rector celebrado en julio pasado y que aprobó, entre otras cosas, el actual ERE no convocó a la Secretaria Autonómica María José Miras ni tampoco a la directora del IVACE Julias Company. Sobre la investigación judicial y las supuestas motivaciones que la provocaron no se pronuncian: el caso está sub iudice. Sin embargo, Rafael Arturo Ros apunta que al Consejo Rector no pueden acudir quienes no son consejeros. IVACE pese a ser miembro nato, "renunció insólitamente en un ejercicio de irresponsabilidad a finales de 2014", motivo por el cual no ha participado a partir de esa fecha en los Consejos Rectores.

Cabe reseñar que, además, “IVACE es beneficiario de la mayoría del patrimonio de AIDO, cuyo vuelo del edificio está valorado en 3,5 millones de euros, que sufragó exclusivamente el centro, y que pasará a ser de su propiedad".