Así es el pasadizo subterráneo de la Pilarica
Valladolid
Angosto, lleno de pintadas, y con una iluminación que de día parece escasa para garantizar un mínimo de seguridad en momentos del día con menos movimiento de personas. Esas estrecheces hacen que sea necesario hilar fino cuando dos madres con los respectivos cochecitos de bebé se encuentran en uno de los recodos que conducen al único lugar por el que ahora, los vecinos de la Pilarica pueden llegar a pie de un lado a otro del barrio.
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