Canción de cuna en La Rosaleda

Málaga

Este Málaga necesita algo más. La Rosaleda presenció un encuentro flojo en el que los de Gracia pusieron poco en el terreno de juego para abrir el cerrojo que el Eibar echó a su área. Pobre y sin ideas, el 0-0 resultó justo al término de los 90 minutos dada la inoperancia de ambos conjuntos a la hora de mirar arriba: especialmente en el cuadro costasoleño, que no tiene más plan que Amrabat.

Tras dos buenos partidos ante Sevilla y Barcelona, llegaba la prueba de fuego. Ambos encuentros fueron propicios para contemplar que al menos en lo defensivo el Málaga se encuentra en buena forma. Sin embargo, dado el momento de llevar la manija de un partido, la nota que se puede dar al equipo es cuanto menos baja. Tres jornadas, cero goles. Hay que remontarse a 2008 para recordar un arranque liguero tan pobre en este sentido.

La única idea era encontrar a Amrabat y que el marroquí se deshiciera de todos. Tras toda una pretemporada apareciendo por fuera y con dos delanteros, Gracia apostó por volver a utilizar al atacante por dentro y colocó a Juan Carlos y Horta por los flancos. Un plan que no funcionó excesivamente bien, ya que el equipo pecó de acumular hombres en la zona interior de juego y producir un embudo que el Eibar atajaba a la perfección. Mientras, algún metro por detrás, Tissone y Recio no parecen ser los hombres apropiados para llevar el fútbol del equipo con cierta creatividad.

El primer tiempo consistió solo en algún acercamiento malaguista. Un córner olímpico que intentó colocar Horta, una falta de Boka que Charles estuvo cerca de alcanzar en el primer palo y poco más. La más clara, sin dudas, fue para el delantero brasileño en un centro raso que lo dejó solo ante Riesgo que se saldó con un paradón del meta eibarrés. "Le di con la oreja, todavía me pica", bromeaba tras el partido. Por parte de los de Mendilibar, solo acercamientos en forma de contras lideradas por Saúl Berjón y una chilena de Adrián que se marchó cerca del arco de Kameni.

Tampoco hubo mucho más que rescatar de la segunda parte. Los extremos seguían pecando de juego interior y solo los laterales cumplieron. Ni Juan Carlos ni Horta funcionaron (este último, especialmente desaparecido) y esa falta de profundidad la seguía notando el equipo. Las llegadas solo aparecían por medio de Amrabat, que corría constantemente al espacio y buscaba el centro, ya que apenas se pudo acomodar para el tiro.

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Para intentar buscar variantes, Gracia metió a Duda para dar al menos un poco de criterio con el balón al equipo, que anduvo al pelotazo limpio prácticamente todo el partido. Sin ser el de antaño, sigue guardando quilates en su zurda: con ella dejó solo a Charles, algo lento para acomodarse la pelota y luego mandarla a las nubes. Ni Duje Cop (más activo que efectivo) ni Tighadouini aportaron nada especial a los suyos. Por fortuna, Borja Bastón no coló la última ante Kameni en una acción en la que el cuadro eibarrés exigió penalti. Pudo ser.

Próxima parada, Getafe. Es muy pronto para alarmismos, pero el Málaga no da buena espina. Más vale que llegue el gol cuanto antes para evitar ansiedades y que Camacho, Weligton y Roque se recuperen para contar con efectivos que se antojan claves. Desde luego, Amrabat no puede ser la única solución. Mientras llega la próxima cita en La Rosaleda, el club tiene la tarea de cambiar cuando sea, como sea y con los recursos que sean el ¿césped?, un enemigo más que un amigo durante todo el partido.

Ficha técnica:

Málaga CF: Kameni, Rosales, Albentosa, Angeleri, Boka; Horta (Duda, 55') Tissone, Recio, Juan Carlos (Cop, 68'); Amrabat (Tighadouini, 85'), Charles.

SD Eibar: Riesgo: Capa, Dos Santos, Ramis, Luna: Dani García, Escalante (Silvestre, 66'); Keko, Adrián, Saúl Berjón (Juncá, 66'); Sergi Enrich (Borja Bastón, 81')

Árbitro: Undiano Mallenco (colegio navarro). Mostró amarilla a Recio, Silvestre, Keko, Angeleri y Ramis.

Incidencias: Partido disputado en el Estadio de La Rosaleda ante unos 20.000 espectadores.